Los embargos en el Acceso Abierto, ¿cuánto tiempo es el tiempo suficiente?
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Open Access Embargoes -- How Long Is Long Enough?
de Phil Davis. Blog the scholarly kitchen
Traducido por: Julio A. Martínez Morilla
Muchos editores científicos que funcionen por suscripción ofrecen acceso libre a sus artículos, generalmente después de un periodo de embargo que puede oscilar entre dos y 36 meses después de la publicación.
En la mayoría de los casos, estos tiempos de embargo se establecieron hace más de una década, con pocos datos que apoyasen ese paso y con miedo por parte de los editores que veían peligrar su modelo de negocio.
Hace 10 años, Martin Richardson (más tarde fue Director de publicación de Oxford University Press) publicó en “Nature Web Debates” uno de los primeros estudios influyentes sobre revistas electrónicas, basado en “The EMBO Journal” e indicaba que la mayoría del uso de los artículos se producía en los tres primeros meses desde su publicación. Este dato no fue una sorpresa para los editores que observaron el mismo patrón en sus revistas. Sin embargo, lo que escribió Richardson a continuación, parece ahora, en retrospectiva, un hallazgo controvertido:
“Los resultados iniciales del experimento de libre acceso de Highwire indicaban que no existe ningún aumento detectable en el uso una vez que se da acceso libre”.
A la luz de este hallazgo, la decisión de OUP y otros para comenzar a ofrecer acceso gratuito a los artículos de revistas, tanto desde sus plataformas editoriales u otros repositorios (PubMed Central), parecía una empresa de bajo riesgo. Si hay una pequeña demanda para el libre acceso, como el análisis reveló, los editores no deberían preocuparse por regalar contenido.
¿Deberían los editores empezar a preocuparse?
La decisión sobre el tiempo aceptable para un periodo de embargo, es en parte política, para muchos editores, fue una reacción a la creación de PLoS. También es en parte estratégica, decidir cuánto regalar antes de empezar a poner en peligro su capacidad para vender su servicio. De hecho, incluso la noción de que los embargos al acceso eran perjudiciales se consideró controvertido, con algunos argumentando que reducir los embargos aumenta los ingresos de suscripción, citaciones y envíos.
Estos argumentos no tienen una base científica sino anecdótica y se basan normalmente en una sola revista.
Con la falta de estudios rigurosos sobre los periodos de embargo, lo anecdótico tiene el potencial de generalizar las observaciones individuales que no pueden generalizarse. Por ejemplo, el hecho de que “Molecular Biology of the Cell” proporcione acceso libre a sus artículos apenas dos meses después de su publicación no significa necesariamente que todas las revistas con tan corto periodo de embargo puedan sobrevivir. Por el contrario, el hecho de que “Genetics” haya aumentado su periodo de embargo de seis a doce meses no significa que vaya a ser cancelada su suscripción.
El problema fundamental al analizar la relación entre embargos y cancelación es el resultado de un complejo proceso de toma de decisiones por parte del bibliotecario (o particular) donde se sopesa el valor de una suscripción frente a su costo de cancelación. Hay estudios que intentan crear escenarios artificiales, por ejemplo, “¿Si la mayoría del contenido de las revistas de investigación estuviera disponible de forma gratuita después de seis meses desde su publicación, continuarían con la suscripción? Sólo miden la propensión a cancelar desde una única dimensión.
Los bibliotecarios indican que los datos de uso es un factor con gran peso en la decisión de renovar una suscripción, por lo que si estamos buscando una relación causal entre el acceso público y la cancelación, deberíamos mirar hacia las estadísticas de uso como un intermediario.
Las políticas de acceso que requieren a los autores que requieran proporcionar acceso publico a sus trabajos, ya sea mediante el deposito de copias de sus artículos en “Pubmed Central”, un repositorio institucional, o ambos puede reflejar que las estadísticas de lectores se alejan de los sitios web de las editoriales. Lo que no se conoce, en este punto, es cuántos lectores están siendo alejados. “Pubmed Central” puede complementar a los lectores que tradicionalmente han optado por no usas el modelo de suscripción de los editores. Por otro lado PMC puede competir directamente con los editores por captar la atención del lector. Además, poco se sabe acerca de si el acceso a los manuscritos del autor es un sustituto viable para el artículo publicado o cómo cambia el periodo de embargo las estadísticas de uso del artículo. Es sorprendente que los financiadores estén debatiendo el cambio de las políticas de acceso sin esos datos.
En los próximos meses, probablemente aparezcan estudios emergentes que intenten responder a todo lo anterior. A la luz de nuevos debates sobre las políticas de financiación, tal vez sea una buena oportunidad revisar el tiempo de embargo y preguntarse si debe cambiarse teniendo en cuenta que el mundo de oportunidades del acceso abierto en la última década ha cambiado para bien.