"La princesa gobernadora" de Manuel Lobo Cabrera
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Este mes se recordaba la muerte de Juana I de Castilla, Juana La Loca, segunda hija de los Reyes Católicos, fallecida un 12 de abril de 1555 en Tordesillas, donde vivió recluida tras la muerte de su marido, Felipe el Hermoso, ante las evidentes muestras de enajenación mental, sin entrar a considerar otro tipo de leyendas o mitos históricos. Si de esta reina tenemos muchas reseñas y ha sido objeto de estudio en la pintura, en la literatura o en el cine, mucho más desconocida es su nieta Doña Juana de Austria, también llamada la princesa gobernadora. Hija del Emperador Carlos V y hermana de Felipe II, regentó los reinos de España entre 1554 y 1559, "siendo una de las personalidades femeninas más importantes - espiritual, artística y políticamente - en la España y en la Europa del siglo XVI".
Manuel Lobo Cabrera, Catedrático de Historia Moderna de la ULPGC y, sin duda, uno de los principales referentes en la investigación histórica de Canarias, nos acerca a Doña Juana de Austria en su última obra, publicada por la Universidad de Valladolid y, recientemente, donada por el autor a nuestra Biblioteca. Ante la falta de estudios previos de cierta profundidad y, dado el interés creciente que esta mujer fue aportando a sus investigaciones, el autor asume la realización de esta obra que recorre toda la vida de Doña Juana, desde su nacimiento en 1535 hasta su muerte en 1573. Varios años de investigación, recurriendo a documentos y manuscritos de la Biblioteca Nacional, del Archivo General de Simancas o de la Real Academia de la Historia, con escritos de la época y posteriores y hasta analizando el propio testamento de la princesa que sirvió "para corregir algunos errores de su vida, pero especialmente para afianzar y legitimar sus actos y su lugar en la historia y en la familia".
Conocí a doña Juana mientras investigaba sobre la figura del príncipe Carlos, y desde el primer momento me impresionó especialmente por su tenacidad para educar a su sobrino a pesar de que era casi una niña. A medida que la fui conociendo el interés creció, al comprobar todas sus virtudes y valores.
Una mujer de delicada belleza y gran cultura, dueña de un importante patrimonio artístico y comprometida con su dinastía y su religión que, sin embargo, vivió una vida de sacrificios personales y profunda tristeza. Para fortalecer los lazos entre España y Portugal, se acordó desde niña su matrimonio con el Príncipe Don Juan Manuel, un joven enfermizo con el que se casó a los dieciséis años. Tras quedarse viuda, nació su hijo y futuro rey de Portugal, Sebastián I, al que tuvo que abandonar con sólo cuatro meses, para regresar a Castilla por motivos de Estado, al ser requerida por su hermano Felipe II para asumir la regencia. Durante sus años de gobierno, estableciendo su corte en Valladolid, no solamente tuvo que lidiar con la situación complicada del reino e incluso declarar una bancarrota, sino ocuparse de delicados asuntos familiares, como el cuidado de su sobrino, el príncipe Carlos, los últimos días de su abuela, la reina Juana y la propia abdicación y muerte de su padre. Pese a todo, fue una mujer de gran valía que gobernó con prudencia y resolución y que llegó incluso a formar una especie de partido político con una ideología más liberal y en concordancia con sus ideas religiosas, llegando a ser la primera y última mujer en ingresar como jesuita, en la Compañía de Jesús, usando para ello un pseudónimo, ya que estaba prohibido para las mujeres.
Doña Juana, a pesar de ser una mujer de la nobleza y de la realeza resaltó en varios frentes, pero destacó especialmente, además de mecenas, culta, amante de todas las artes, como una mujer de Espada, no en vano gobernó los reinos de España entre 1554 y 1559
"La princesa gobernadora" es también una de las Mujeres que brillan con luz propia, en la reciente edición de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que nos ofrece diferentes perfiles biográficos de mujeres destacadas en diferentes ámbitos o disciplinas, de la mano de nuestro profesorado universitario y que también forma parte de nuestra colección.
Un libro de importante valor histórico, pero escrito con gran cercanía, para cualquier lector interesado en conocer en profundidad uno de los momentos más relevantes de la historia de España y una de las figuras femeninas más destacadas de la casa de Habsburgo y menos conocida que, tal y como recoge el cronista de Felipe II tras su muerte: "gobernó en España en las ausencias del Emperador, su padre, y de su hermano D. Felipe maravillosamente, y así de los reinos fue venerada y amada".
Gracias, Manolo, como siempre, por tu generosidad y buen hacer. Y, ojalá, muchos de los estudiantes de esta Universidad sepan recoger tu testigo en el futuro.