Lecturas para una pandemia, con Juana R. Suárez Robaina

02 Abril 2020

"Residencia de Estudiantes" de Susanne Martín Residencia de Estudiantes, de Susanna Martín Segarra

Presentada por: Juana Rosa Suárez Robaina (PDI y Vicedecana de Cultura e Igualdad de la Facultad de Ciencias de la Educación. ULPGC)

…es en los márgenes donde se halla lo extraordinario.

Traemos a casa, en estas horas de confinamiento, una obra, cómo no, de interior. Se trata de Residencia de Estudiantes (2019) una formidable pieza a caballo entre la novela gráfica y el testimonio documental visual.  Toda ella, guion e ilustraciones, se la debemos a Susanna Martín Segarra (Barcelona, 1976), creadora vinculada profesionalmente al mundo del cómic desde el 2009 e integrante del colectivo Autoras de cómic (AC). Con una brillante trayectoria creativa (trabajos para la prensa, editoriales…), Martín Segarra muestra un especial interés por lo social y hasta combativo en sus producciones, tanto individuales como en coautoría.

Con Residencia de Estudiantes disfrutamos de un colorista y explosivo homenaje a la mítica residencia madrileña, auténtico hervidero de intelectuales y artistas, foco de ideas renovadas y magnífico fruto del espíritu transformador de la Institución Libre de Enseñanza.

La Residencia era una auténtica “casa abierta” y esa metáfora la ilustra a la perfección la autora con la imagen reiterada (al inicio y al final de la obra) de la ventana abierta de par en par, por deseo expreso de Federico. Sí, Federico no es otro que Lorca.

Susanna Martín pone el foco de su relato en la estancia allí del granadino más universal, primero como estudiante y posteriormente como visitante de lujo.  Abarca así diez años, de 1918 a 1928, una década que nos permite conocer al Federico más íntimo (como la propia autora se interroga) …“¿Cuándo dejó de ser Federico y pasó a ser Lorca?”, al Federico que encontró en ese espacio su propio camino personal y creativo …“mi cuarto es tan agradable que tengo ganas de escribir y estudiar solo con estar en él…”, junto a compañeros y amigos excepcionales… “Aquí escribo, trabajo, leo, estudio. Este ambiente es maravilloso. Casi no salgo. Las gentes (que son muchas) vienen a visitarme aquí”.

Porque Federico, paradójicamente, no está solo en este paseo por su intimidad. Hábilmente la autora compone un colorido relato visual con testimonios (escritos y gráficos) del entorno más cercano del poeta y de su contexto: las cartas de su familia, los recuerdos de algunos vecinos y lugareños de su infancia, localizaciones inspiradas en sus versos y, muy especialmente, las impresiones y confidencias de sus compañeros residentes (la cuadrilla de amigos) entre ellos Buñuel y Dalí. Conocemos también sus escapadas nocturnas, las referencias a sus veranos en Granada, apuntes de la situación sociopolítica, la génesis de algunas de sus obras e incluso alguna pincelada de la que fuera también, e igualmente ubicada en Madrid, residencia universitaria pero para señoritas, dirigida por María de Maeztu.

Son diez años muy importantes en la vida y crecimiento artístico del poeta, vividos además en compañía del equipo humano que la autora nos adelanta, a doble página, al inicio del relato:  dieciocho viñetas con sus respectivos primeros planos y sus bocadillos. Ahí están integrantes de su familia y vecinos pero también, cómo no, Emilio Prados, Juan Ramón Jiménez, Dalí, Falla, Martínez Nadal, Buñuel, Aleixandre, Emilio Aladrén, Cernuda y ellas, esenciales en la vida del poeta: Maruja Mallo, Margarita Manso y Margarida Xirgú.

La obra se presenta sin paginar y se estructura en dieciséis minicapítulos independientes más un Epílogo. Al frente de cada uno, una sobria portadilla (con la numeración y el título), sobre un fondo blanco en estudiado contraste con los colores, en una gama muy intensa, que irrumpen a continuación en cada historieta: azules, morados, amarillos, verdes, ocres… negro. En el reverso de cada portadilla siempre un breve texto: composiciones del poeta granadino, versos de la lírica tradicional o bien frases textuales debidas al círculo afectivo y cultural de Lorca.

El Epílogo incorpora un breve apunte del futuro de la Residencia tras el paso del poeta;  cierra la obra la relación de las fuentes consultadas por la autora y la bibliografía específica sobre Lorca.

Residencia de Estudiantes pretende destacar el paso de Federico por este centro neurálgico y la transformación que ambos (el espacio y el poeta) sufrieron con ello.  Para Lorca fue, en palabras de Martín Segarra, “un lugar de liberación en el que pudo ser él mismo, pianista y mariquita”.

Gracias a la autora por regalarnos este mosaico magnífico que tan bien transmite la pasión de los residentes de la casa en un ambiente de amistad y tolerancia,  en el marco de una institución comprometida con las vanguardias internacionales y el diálogo interdisciplinar. Susanna Martín Segarra lo refleja con esa amalgama del verso con la música, del arte con el recorte de prensa y hasta el plano cartográfico, de la caricatura con las sombras, el dibujo infantil y el original guiño estético al cine mudo.

Hoy nuestra residencia particular debe ser lo que nos haga más fuertes, lo que nos reconcilie con nuestras fortalezas más íntimas, lo que nos aleje de la amenaza y nos dé la oportunidad, día a día, de ser mejores.

(Próximamente en la Biblioteca)

juany.rsr

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