Juguetes interactivos, ¿está en juego la privacidad de los menores?
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Cada año son más los juguetes que requieren de conexión a internet y de una aplicación móvil para controlarlos desde un smartphone o una tableta. Es el caso de drones o robots, de vehículos de control remoto o de muñecas inteligentes. Sin duda son juguetes novedosos y no es de extrañar que figuren en muchas de las cartas para estas Navidades. Aunque algunos han disparado las alarmas.
Es el caso de la muñeca My Friend Cayla y del robot i-QUE, dos juguetes interactivos fabricados por Genesis Toys que han sido denunciados en el portal Consumerist en EEUU por registrar información personal para ser explotada comercialmente. Ambos contienen micrófonos y un sistema de reconocimiento de voz con los que graban y almacenan las conversaciones que tienen los menores con estos juguetes. La información es enviada a un servidor (gestionado por otra empresa) donde se analiza y donde se escoge una respuesta “adecuada”.
Sin embargo, se ha comprobado que ambos juguetes se pueden hackear por lo que es posible la manipulación de las respuestas a las preguntas de los menores. Por ejemplo, sabemos que el robot i-QUE lanza la pregunta “dime algo sobre ti” y la muñeca Cayla mensajes publicitarios de productos Disney.
Además, una vez activados no hay marcha atrás ya que se dan por aceptadas las cláusulas de privacidad (algo que casi nadie lee) en las que se expresa la posible explotación de lo registrado “no sólo para mejorar su funcionamiento, sino también para marketing y publicidad”. De este tema de protección de datos puedes consultar algunos documentos en la biblioteca.
En Holanda y Bélgica, ya han sido retirados del mercado aunque en España están a la venta.
Fuente: El País y laSexta.com