Cualquier tiempo pasado fue peor (y aquí pueden comprobarlo)

15 Abril 2020

Inmersos como estamos en estos tiempos de confinamiento obligado para defendernos de la pandemia mundial provocada por el virus COVID-19, más conocido por coronavirus, es momento de recordar, a través de las numerosas digitalizaciones documentales que ofrecen nuestros portales Memoria digital de Canarias (mdC)Jable. Archivo de prensa digital que, también en el Archipiélago canario, cualquier tiempo pasado fue peor.

Placa en la Atalaya de Santa Brígida (Gran Canaria) de enterramientos de la epidemia de cólera morbo

Placa en la Atalaya de Santa Brígida (Gran Canaria) de enterramientos de la epidemia de cólera morbo

A lo largo de los cinco siglos transcurridos de nuestra reciente historia archipelágica, hemos padecido epidemias, la mayoría catastróficas, que la documentación que divulgamos en línea se encarga de recordarnos. Desde la desconocida modorra que mató a buena parte de la población aborígen en los años de la conquista del Archipiélago, la peste bubónica en los siglos XVI al XVIII, pasando por la fiebre amarilla y la catástrofe del cólera morbo en el XIX o la gripe mal llamada "española" de la pasada centuria, las epidemias han sido y son parte consustancial de la historia del Archipiélago Canario.

La ciudad se despuebla. Angustioso llamamiento a D. Bernardino Valle y Gracia, alcalde de Las Palmas (1920)

La ciudad se despuebla. Angustioso llamamiento a D. Bernardino Valle y Gracia, alcalde de Las Palmas (1920)

En un pasado no tan lejano el panorama era de una economía de subsistencia cuando no de hambre para la población en general, acompañada de un nivel educativo a veces inexistente, sin ciencia que ayudara ni tampoco adopción de las más elementales medidas higiénicas por ser desconocidas, teñido todo ello de superstición y de resignación ante lo que muchas veces se consideraban calamidades sobrenaturales. Si, para empeorarlo, se sucedían periodos de sequías, ataques de los estados confrontados a la Corona española o plagas que asolaban los campos y el ganado, la población estaba indefensa ante enfermedades que, cuando se producían, provocaban una enorme mortandad.

Ofrecemos aquí una selección de la numerosa documentación recogida en nuestras plataformas digitales para dar conocer nuestro pasado y también para convencernos de que, por mal que nos encontremos en el momento presente, saldremos adelante y más teniendo en cuenta que nuestros predecesores lo tuvieron mucho peor.

Cantos de un canario, de Ventura Aguilar (1854)

Cantos de un canario, de Ventura Aguilar (1854)

Uno de los textos estimables que recomendamos es Cantos de un canario : colección de poesías, del novecentista grancanario Ventura Aguilar, editado en Madrid en 1854. Su producción literaria guarda algunas semejanzas con otros poetas como Roque Morera e incluso Domingo Rivero, que, pese a su escasa producción, alcanzaron significativo reconocimiento.

En su poema El cólera morbo el poeta destacó el más trágico acontecimiento vivido en Gran Canaria tras su conquista: la epidemia de cólera morbo de 1851 que devastó a gran parte de su población y en particular la de su capital, destruyó la economía local y aisló a la Isla de cualquier socorro externo por decisión de las autoridades:

Cuando saliendo cenicienta nube

De la africana costa malhadada

A las montañas lentamente sube

Que cercan la ciudad del Guiniguada.

Cual fúnebre crespon se va estendiendo,

Y la mar y las cumbres envolviendo.

De los canes los lúgubres aullidos

Que muertos en la calle se encontraban,

De fatídicas aves los graznidos

Alguna plaga horrenda presagiaban.

Tal fue su impacto en Las Palmas de Gran Canaria, donde falleció el 20% de toda su población que, según el detallado estudio del Dr. Juan Bosch Millares en su Historia de la Medicina en Gran Canaria,

Se pensó que el único remedio era abandonar la ciudad y darle fuego para sofocar el poder mortífero del cólera

Ya a comienzos del pasado siglo XIX, en 1920, el periódico La Provincia clamaba medidas a las autoridades ante la epidemia de gripe que hacía estragos sobre todo entre la población humilde de la capital grancanaria:

De hora en hora la epidemia se extiende y desvasta de un modo aterrador sin que se intente poner remedio. Especialmente en la clase obrera, impedida por la enfermedad de ganarse el sustento, la situación es espantosa. En sus viviendas insalubres, sin medios para alimentos y medicinas, la grippe más benigna se complica y cede su puesto a la fatal bronco-pneumonia, que nace y se desarrolla voraz en estos antros de miseria que se convierten en focos permanentes de infección.

Otras obras de interés:

Indudablemente, cualquier tiempo pasado fue peor. Ánimo y seguimos adelante.

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