Conociendo a Elaine May en Vértigo
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En el mes en que celebramos el Día Internacional de las Mujeres, la Asociación de Cine Vértigo organiza un ciclo muy oportuno. No solo por homenajear a una mujer de la industria cinematográfica, sino porque la elegida reúne en su persona el triple mérito de haber sido actriz, directora y guionista.
Elaine May destacó a finales de los años 50 y primeros 60 del siglo XX en el difícil ámbito de la comedia improvisada, asociada con el después director de cine Mike Nichols. Tras separarse, ella emprendió una carrera en solitario que nunca la alejó demasiado del teatro, fuera como dramaturga, como intérprete o como ambas cosas. Debutó en el cine en el rol de actriz en 1967. En 1971 co-escribió, dirigió y actuó en la comedia Corazón verde, un quebradero de cabeza para su autora por los problemas de posproducción, que acabaron en los tribunales. En la misma década de los 70 dirigió su segunda y tercera películas: El rompecorazones (1972), sátira sobre la obsesión estadounidense por el amor romántico y el matrimonio; y Mikey y Nicky (1976), un neo-noir alejado de la comicidad de los títulos anteriores.
May seguía encontrando obstáculos a su integridad artística, de modo que no volvería a dirigir durante casi diez años, hasta que estrenó Ishtar (1987), un fiasco comercial a pesar de contar con la presencia de Dustin Hoffman y Warren Beatty. En el entreacto, fue guionista no acreditada de éxitos de la década como Rojos, Tootsie y Dentro del laberinto. Sus últimos trabajos en este campo serían dos títulos dirigidos por su amigo Nichols: Una jaula de grillos (1996) y Primary Colors (1998).
Las cuatro películas escogidas por Vértigo ilustran las distintas facetas de la protagonista del ciclo que arranca esta misma tarde: las citadas Corazón verde y Una jaula de grillos; El cielo puede esperar (Warren Beatty, 1978), en cuyo guion adaptado participó; y, exclusivamente como actriz, Granujas de medio pelo (Woody Allen, 2000). Las cuatro pertenecen al género cómico, su especialidad. Ahí demostró sus dotes para la irreverencia y la sátira; una característica que le trajo complicaciones, pero también múltiples reconocimientos que culminaron con la concesión del Óscar Honorífico en 2022.
(Fotografía de Elaine May: The Morning Call, 1959. Wikimedia Commons. D. P.)