Día Internacional de las Mujeres Rurales

10 Octubre 2024

Cada 15 de octubre se celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales. Hoy, en la Biblioteca de Ciencias de la Salud de la ULPGC, queremos hacer especial mención a las mujeres que se ocupan de la atención primaria en los pueblos de Canarias. Como ejemplo, dos mujeres, Mariola Marrero y Maisi Díaz, doctora y enfermera, respectivamente, del Servicio Canario de la Salud.

Mariola es médico familiar y comunitaria y pasa consulta en el Servicio de Atención Primaria en su municipio natal de Fasnia, en Tenerife. Es graduada en Humanidades y está especializada en Medicina Narrativa, y además comparte en internet historias y vivencias personales en su blog, Medicina Narrativa – Revista de Medicina Narrativa en español, y en su cuenta de Twitter (@mariolamarrero). 

Maisi Díaz es enfermera rural en el consultorio de La Atalaya, en Santa Brígida, en Gran Canaria. Maisi atiende a sus vecinos y vecinas de este barrio satauteño tanto en el consultorio como en sus domicilios. La consulta domiciliaria es la que lleva más carga para ella debido a que la mayoría de sus pacientes son personas mayores y sus casas se encuentran muy dispersas a lo largo de la orografía del barrio, además de que tiene innumerables barreras arquitectónicas. En el reportaje fotográfico que le hicieron en el Canarias7 (Maisi hace kilómetros para atender pacientes | Canarias7) puedes ver como Maisi cuida con amor a sus pacientes. 

A continuación puedes conocer un poquito más sobre nuestras mujeres rurales en la entrevista que le hicimos a cada una de ellas y que muy amablemente nos hicieron llegar.


Entrevista a Mariola Marrero Díaz: 

Dra. Mariola Marrero, médica rural comunitaria de Tenerife.

1. Tu vocación de trabajar en la rama sanitaria la adquiriste con los años o recuerdas ese momento en que dijiste en casa: De mayor quiero ser… 

No recuerdo el momento exacto, pero sí recuerdo a mi padre diciéndome que, si quería tener un futuro mejor que el de trabajar en el campo, tendría que estudiar y conseguir becas (también se los decía a mis dos hermanas, más pequeñas). En algún momento en la 2ª etapa de EGB decidí que quería ser médica porque ya lo escribí en la encuesta que me hicieron al entrar en el instituto. Entonces empezaban los números clausus y todo el mensaje que recibía era “eso va a ser muy difícil”. 

Recuerdo que pensaba que era muy bonito trabajar en algo que te permitía ayudar a los otros siempre. Y también que me encantaba estudiar biología humana. Aunque no deja de ser un pensamiento “inocente” en el mundo en que vivimos, sigo pensando que una profesión en la que, de vez en cuando, puedes aportar algo bueno a los demás, incluso sin tener un especial pensamiento en ello, solo intentando hacerlo bien, es muy bonita de ejercer. 

Creo que mis padres se asustaron bastante con mi elección. El dinero era poco y Medicina sonaba larga y cara. Pero hicieron muchos sacrificios para que estudiáramos lo que queríamos (tanto yo como mis hermanas) y eso es algo que no se puede agradecer lo suficiente nunca. 

2. ¿Tienes previsto realizar algún cambio en trayectoria profesional? ¿te ves a largo plazo enfocada en el Medio Rural? 

He tenido ya varios cambios en mi vida profesional. He trabajado en un hospital (HUC), haciendo medicina de familia, en un proyecto conjunto, con pacientes de riesgo, he estado en la gestión (fui subdirectora médica de atención primaria durante 7 años). Ahora mismo no me planteo dejar la consulta (aunque alguna oferta interesante he tenido). La disfruto cada día. Y disfruto mucho siendo tutora de médicos residentes. 

Me gustaría poder hacer otras cosas a la vez. Estoy pendiente de la resolución de plazas de profesor asociado de ciencias de la salud de la ULL (sería muy bonito poder mostrar a estudiantes la medicina que hacemos en los pueblos). Me gusta investigar y me involucro en proyectos. Pero, por el momento, todo desde la clínica diaria. 

Lo que he aprendido en mi vida profesional (y personal también) es que hay que estar abierto a lo que el futuro te depara, no lo puedes controlar ni diseñar todo por adelantado. 

La práctica clínica en el medio rural (ser médica de pueblo) es muy enriquecedora aunque en la cultura profesional médica es una gran desconocida y se suele ver como una práctica menor, sin el glamour de los grandes hospitales. Pero eres la persona de referencia para un vecindario, confían en ti, te responsabilizas de cuidar su salud en un contexto concreto. Creo que es medicina con mayúsculas. 

3. Con respecto al trato con tus pacientes, ¿crees que es importante mantener una buena aptitud hacia ellos y ellas? ¿Podrías contarnos alguna anécdota donde quedaste satisfecha con tu aptitud ante un caso adverso? 

No somos médicos “en contra” de los pacientes. Entiendo esta profesión como una alianza. Somos el aliado de las personas para conseguir mantener y recuperar la mejor salud posible, la que permite tener una calidad de vida suficiente para desarrollarnos como personas. Eso es mucho más que biología. La relación médico-paciente es el núcleo a partir del cual trabajamos todo lo demás. Por eso aprender relación, entrevista, comunicación, etc. Es fundamental. Como los cimientos de un edificio. Si los haces mal no habrá tecnología que impida que se caiga.  

Yo vivo una situación muy particular, muy poco frecuente hoy en día. No soy solo la médica del pueblo (junto con otro compañero que trabaja en el mismo consultorio) sino que soy una vecina más y de toda la vida. Soy la médica de mi pueblo. Así que las relaciones son muy complejas. Conozco y me conocen muchos desde mi infancia. Conocen a mis padres, a mi marido, a mis hijos. 

Cuando empecé en esta plaza, hace 6 años, entraba en el bar y muchos escondían los vasos de vino. Un día, un paciente me dijo en consulta: “sé que te vas a enfadar porque me viste bebiendo”.  Yo le contesté: “yo no me enfado, lo que tú o yo hagamos es asunto de cada uno. Yo te voy a ayudar si tú quieres ayuda para que enfermes lo menos posible. Pero si decides otra cosa, también estaré aquí, aunque no podré arreglar mucho, la verdad”. Unos días más tarde, mi marido me preguntó qué le había dicho a ese paciente. No se lo conté, por supuesto, hay secreto profesional. Pero me dijo: “nos ha dicho que deja de beber alcohol por lo que tú le dijiste”.  

En fin, es difícil, si no imposible, separar las relaciones personales y profesionales cuando vives y trabajas en el pueblo. Tienes que aceptar que hay vecinos que no desean que conozcas sus secretos (los médicos entramos las vidas íntimas de las personas). Por suerte, somos dos profesionales y eso lo hace más fácil. Algún día me equivocaré de forma grave con alguien y tendré que asumir su enfado. Es algo que está ahí y que tendré que gestionar cuando ocurra. 

4. ¿Cómo crees que el Sistema Sanitario, en general, podría mejorar para que la atención sanitaria sea mejor? 

Esa es la pregunta clave. Si tuviera la solución tal vez no estaría en el pueblo. 

Creo que tenemos que trabajar para que todos seamos conscientes que el sistema sanitario no es una cosa de los políticos ni del gobierno. Crear sentido de comunidad, sentirnos todos responsables y orgullosos de los que tenemos para cuidarlo. Pensar en común. Decidir qué es importante y debe priorizarse y qué debe quedar en segundo plano. En términos de salud/enfermedad somos muy egoístas. Cuando me siento mal, me importa poco que otros estén peor. Y así vamos a la ruina. 

También tenemos que aprender que la salud no depende mayormente del sistema sanitario. Que puedes poner mucho dinero y recursos, pero si no arreglamos otras cosas (vivienda, tiempo libre, trabajos decentes, ocio, entorno) no va a haber sistema sanitario suficiente para arreglarnos.  

Dicho esto, sigue siendo una asignatura pendiente dar el valor que tiene a una atención primaria fuerte, con médicos, enfermeros, personal auxiliar, personal administrativo, trabajadores sociales, matronas, pediatras y resto de profesionales que se van incorporando a los equipos (fisioterapeutas, psicólogos, odontólogos, etc.) que trabaja en coordinación con servicios sociales, los ayuntamientos y las comunidades. 

Seguimos en una cultura que valora tener grandes hospitales para cuando las cosas están muy mal, pero no nos damos cuenta de que el objetivo importante es no tener que llegar a ellos. 

5. ¿Qué cualidades crees tú que se deben tener para trabajar en el sistema sanitario de un medio rural? 

Por encima de todo, tolerancia a la incertidumbre y capacidad para relacionarte con personas de cualquier origen social y cultura, capacidad para auto-formarte continuamente y para reconocer que lo no sabes todo (ser humilde es muy útil). No es muy diferente de lo que necesitarás para ser médica de familia en cualquier destino. La diferencia fundamental es que, en los pueblos, la relación con los pacientes suele superar las paredes del centro sanitario y tienes que ser capaz de lidiar con las emociones que eso produce. 

Diría que tienes que trabajar para ser muy buen clínico y no perder la capacidad de ser muy humana. Y perdonarte a ti misma por no ser capaz de llegar a todo siempre (aceptarte). 

6. Ayer fue también el Día de las Escritoras, aquí en España. En tu tiempo libre, ¿hay alguna escritora que te guste leer especialmente? 

Pues no puedo evitar pensar en la escritora que marcó mi infancia, adolescencia y vida adulta. Mi abuela, Nely. Mujer de pueblo, agricultora, que pocos años fue a la escuela, pero que se inventaba los cuentos que nos contaba, que escribió su vida en poesía y dejó huella en todos los que la conocieron. Unos días antes de morir vio sus poemas y su historia vital editados en un libro (Dónde el cielo se une con el mar) gracias a la ayuda de un profesor de la ULL (Fran Díaz). Como ella, hay muchas mujeres anónimas, que escriben para los de alrededor, pero que nunca llegarán más lejos porque salir de los pueblos (virtual y real) es muy complicado para una mujer.  

En un orden más formal, hay muchas escritoras (nacionales y universales) que me han dejado huella (Virginia Wolf, Ursula Le Guin, Las hermanas Brönte, Rosa Montero, Almudena Grandes...). Ha habido tantos libros en mi vida que me cuesta recordarlos. Y tengo tantos en lista de espera. El último libro que he leído, Los nombres propios, de Marta Jimenez Serrano, me ha encantado. La historia, la forma de contarla, todo.  

Para estudiantes interesados en leer sobre ser médica rural, les recomendaría Una mujer afortunada, de Peggy Morland (recientemente traducido al castellano). Es una obra que revisita el clásico Un hombre afortunado, la historia de un médico rural, de John Berger, desde la perspectiva de una mujer (la que escribe), una médica rural y el presente (covid incluido). 


Entrevista a Maisi Díaz Díaz: 

Maisi Díaz Díaz, enfermera rural de Gran Canaria

1. Tu vocación de trabajar en la rama sanitaria la adquiriste con los años o recuerdas ese momento en que dijiste en casa: De mayor quiero ser…

Como la mayoría de las personas, tuve muchas dudas sobre qué estudiar y dedicarme en un futuro. Estuve tanteando entre Bellas Artes, Arquitectura o Matemáticas, nada que ver con lo que decidí después. Mi vocación fue una revelación. Durante un verano de instituto, tuve la oportunidad de vivir una experiencia en un hospital como voluntaria, conocí el trabajo de las enfermeras y me cautivó. Ahí supe, como nunca antes, que quería dedicarme a esta profesión del cuidado.

2. ¿Tienes previsto realizar algún cambio en trayectoria profesional? ¿te ves a largo plazo enfocada en el Medio Rural?

Mi lugar está en el medio rural. Llevo 30 años en este medio y siento que es mi sitio. Ahora mismo trabajo en el consultorio de la Atalaya en Santa Brígida desde hace 21 años. Estoy contenta y pongo en valor el pertenecer a un buen equipo de trabajo, así como poder prestar cuidados a una población desde la confianza, la cercanía y el cariño. Quiero seguir evolucionando en mi profesión, y la Atención Primaria y más el medio rural, me ha dado la posibilidad de diversificar la atención desde la promoción y prevención de la salud en el centro y en la comunidad (grupos de mujeres, educación para la salud en Centros Educativos, Jornadas de Salud Comunitaria) hasta la atención más específica en consulta y domicilios. Así que a corto y largo plazo seguiré enfocada en el Medio Rural.

3. Con respecto al trato con tus pacientes, ¿crees que es importante mantener una buena aptitud hacia ellos y ellas? ¿Podrías contarnos alguna anécdota donde quedaste satisfecha con tu aptitud ante un caso adverso?

En nuestra profesión, en la que muchas veces tratamos con el dolor, el sufrimiento, la vulnerabilidad, los miedos, es importantísima la escucha, la empatía, la comunicación, el respeto, la presencia, la mirada, el cariño. Conocer la realidad de la persona, hasta donde quiera mostrarnos, para poder saber sus necesidades de cuidados. También pongo en valor la importancia de crear un espacio de trabajo acogedor en el que recibir a la persona y se pueda sentir a gusto.

Mis mayores satisfacciones han sido y son poder acompañar a la persona y su familia en el domicilio durante un proceso de cuidados, incluso hasta la muerte. Los años vividos en la Atalaya me han abierto puertas de confianza y complicidad, y las familias me han permitido estar cerca en situaciones de mucha intimidad que me han hecho crecer y evolucionar como profesional.

4. ¿Cómo crees que el Sistema Sanitario, en general, podría mejorar para que la atención sanitaria sea mejor?

· Creando, incorporando y favoreciendo redes socio-sanitarias y de coordinación de continuidad y sólidas.

· Desde el trabajo en la promoción, prevención con Educación para la salud en todos los ámbitos y edades.

· Favoreciendo la mirada integral de la persona, aumentando los tiempos de atención y la calidad de la misma.

· Soluciones a las listas de espera.

· Inversiones en la sanidad pública, y precaución con la financiación o derivaciones a la sanidad privada.

· Poner en valor las capacidades y habilidades sociales en el trabajo diario, formación y humanización de la atención sanitaria como Derecho.

· Fomentar la calidad antes que la cantidad.

· Hacer más partícipe a la población sobre sus necesidades de salud.

5. ¿Qué cualidades crees tú que se deben tener para trabajar en el sistema sanitario de un medio rural?

Las cualidades están en relación a las características del medio rural en el que estemos, y estas características pueden ser la dispersión, la dificultad para acceder al sistema sanitario, envejecimiento de la población. Esto hace que los y las profesionales nos tengamos que desplazar al domicilio de esas personas que bien por edad, por barreras arquitectónicas, por dificultad en la movilidad, no pueden acceder al centro sanitario. Recorremos distancias, a veces en nuestro propio coche, otras a pie para llegar a casas en medio de barrancos o montaña. Como cualidades diría cierta forma física, flexibilidad y capacidad de organización de agendas, así como esas cualidades intrínsecas a cualquier profesional que trabaje en la atención y cuidado de otras personas, empatía, escucha, respeto, presencia, asertividad. Y una cualidad que a veces me funciona es el humor. Cuando la situación es favorable a un toque de humor, puede cambiar la energía y mover emociones.

6. Ayer fue el Día de las Escritoras, aquí en España. En tu tiempo libre ¿hay alguna escritora que te guste leer especialmente?

Isabel Allende me gusta desde que recuerdo mis lecturas de jovencita. Hoy en día sigo leyéndola y me encanta.


Pues hasta aquí nuestro particular homenaje a las mujeres profesionales que trabajan y viven en el Medio Rural y que no sólo ejercen su profesión con amor a sus pacientes sino que además se adaptan al medio de manera natural.

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