Limón y sal (2006)
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El disco con el que despedimos el curso no tiene la historia ni la repercusión de otros que han visitado este blog. Sí que fue el mayor éxito de su autora, por otra parte, tampoco una superestrella. Pero parece una buena elección para cerrar la temporada en The End, gracias a la condición latina de Julieta Venegas y al toque refrescante de Limón y sal (CD 1456).
Los inicios de esta cantante mexicana nacida en Long Beach (California) fueron los de una niña, después adolescente, que encontró en la música una vocación temprana. Cantó y tocó en un par de grupos y por su cuenta, hasta que, ya veinteañera, la descubrió la discográfica BMG en 1996. Su tercer álbum, Sí (2003), la dio a conocer definitivamente en América Latina, Estados Unidos y España. El hecho de que colaborase, junto a su compatriota Paulina Rubio, en la versión en vivo del Nada fue un error de Coti Sorokin, grabada en nuestro país en 2005, ayudó mucho a proyectar su nombre por este lado del Atlántico.
Así que Limón y sal llegaba en el mejor momento. Repetía en la producción Cachorro López, aunque no Coti. Ahondaba en la senda menos compleja y más comercial abierta por Sí, con la diferencia de que el pop electrónico de entonces daba paso ahora a una mayor variedad estilística: pop, rock, bolero, tango, reggae. Venegas volvía a coproducir y a componer —sola o en colaboración con los argentinos Coti, López y Dante Spinetta, el colombiano Jorge Villamizar y la franco-chilena Anita Tijoux— las trece pistas definitivas, a las que se añadió como Bonus Track la popular Sin documentos de Andrés Calamaro.
El disco, de mexicanísimo título, salió a la venta, en formato CD y descarga digital, entre finales de mayo y principios de junio de 2006. Alcanzó el número 1 en México y Argentina; el 4 en España; el 2 de los Latin Pop Albums de USA y ha sido el único trabajo de Venegas calificado en el Billboard 200, bien que en los puestos bajos de la lista. Desde entonces, ha colocado unos 8 millones de copias. Ganó el Grammy al Mejor Álbum Pop Latino y un Grammy Latino. Quizá más importante, terminó de proyectar la carrera internacional de la cantante, que emprendió una gira por América y Europa, incluido el Reino Unido por vez primera. Todo un triunfo, que remató con la publicación de un MTV Unplugged de grandes éxitos en 2008.
De los cinco sencillos extraídos de Limón y sal, el primero disfrutó de gran aceptación en el Nuevo y en el Viejo Continente. El toque ranchero de Me voy, una canción pop de despedida por un amor fallido, contribuyó a que sonara en las radiofórmulas: