Historia de la Biblioteca Universitaria
Desde principios del siglo XVII surge en las Islas el deseo de establecer estudios superiores que permitieran a sus habitantes adquirir una formación a nivel superior sin tener que desplazarse a la Península.
Existen una serie de colegios conventuales, y estudios de gramática, financiados por los Concejos y el Cabildo catedralicio, y tanto Tenerife como Gran Canaria intentan conseguir el apoyo de la Corona para crear una universidad. La suerte se inclina hacia Tenerife, y en 1744 se inician los primeros estudios universitarios dirigidos por los agustinos de La Laguna.
Gran Canaria por su parte sigue aspirando a establecer una universidad y por ello mueve las influencias en la Corte, siendo especialmente interesante el intento de la Sociedad Económica de Amigos del País, que en 1784 plantea en Madrid la creación en Las Palmas de una serie de cátedras dependientes de la Universidad de Sevilla, y propone como fuente de financiación los bienes de los recién expulsados jesuitas.
Pero más apoyo y mejor suerte tienen los estudios de La Laguna que, aunque con intermitencias, debidas en parte a los avatares políticos y en gran medida a una constante falta de recursos económicos, subsisten hasta que en 1845 el Plan Pidal reduce a diez las universidades españolas.
En 1927 vuelven a iniciar su funcionamiento los estudios de La Laguna, como dependientes de la Universidad de Sevilla y se crea el colegio de internos para albergar a estudiantes del resto de las islas. Gran Canaria por su parte sigue insistiendo en la necesidad de contar con centros de estudio y al fin el 29 de agosto de 1853 se crea la Escuela Normal Elemental de Instrucción Primaria, precursora de la actual Facultad de Ciencias de la Educación, que se instala en el Colegio de San Agustín del barrio de Vegueta. Hasta 1918 la Escuela sólo admite estudiantes varones, teniendo las mujeres que examinarse por libre. La Escuela tenía biblioteca, atendida por un profesor auxiliar, que al mismo tiempo se encargaba de controlar y prestar el resto de los materiales de enseñanza. Una de sus principales preocupaciones era que el profesorado devolviese los libros al final de cada curso académico.
En el marco del movimiento regeneracionista de principios del siglo XX, que pretendía formar técnicos de grado medio, se crea en Las Palmas la Escuela Superior de Industrias (17-IX-1901), precursora de la Escuela Universitaria Politécnica. Sin embargo, no existen en la Isla los estudios elementales previos para ingresar en la Escuela Superior y el alumnado se ve obligado a viajar a Tenerife o a la Península hasta que en 1902 el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes regula los estudios elementales, haciéndose cargo de los mismos la Escuela Normal y la Escuela Superior Industrial.
En 1927 con la nueva división territorial, Tenerife consigue la exclusividad de la Universidad regional y desde ese momento la falta de un desarrollo dirigido, planificado y generoso de los estudios en el conjunto de las Islas provoca un descontento de la población de Las Palmas, que empieza a ponerse de manifiesto en los últimos años de la Dictadura.
Como resultado de la fuerte presión popular en 1979 se crea la Universidad Politécnica de Las Palmas, de ámbito regional y con un sólo Rector que integra: la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales, la Escuela Universitaria Politécnica de Las Palmas, la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola y la Escuela de Arquitectura Técnica de La Laguna.
En 1982 los estudios universitarios se amplían con la creación del Centro Superior de Ciencias del Mar y los estudios de Derecho, Filología y Geografía e Historia. El desarrollo es imparable: el 12 de diciembre de 1986 tiene lugar el traspaso de funciones y servicios a la Comunidad Autónoma de Canarias en materia de Universidades (BOE de 24 de febrero de 1987), y en 1989 el Parlamento de Canarias aprueba la Ley de Reorganización universitaria de Canarias, que contempla la creación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la readscripción de los Centros por provincias según su ubicación (Ley 5/1989 de 4 de mayo de Reorganización Universitaria de Canarias).
En 1991 se aprueban los primeros Estatutos de la Universidad (94/1991 de 29 de abril, BOCAC de 23 de mayo de 1991). Este proceso lento, definido por algunos autores y autoras como "la larga marcha por la Universidad" plagado de luchas internas, ha condicionado en gran medida el desarrollo de la Biblioteca de la ULPGC en sus diferentes aspectos.
En los Estatutos de 1999 la Biblioteca Universitaria se define como una unidad funcional con unos servicios centralizados (Información bibliográfica, Proceso Técnico, Préstamo Interbibliotecario y Coordinación Técnica), una Biblioteca General responsable de los fondos antiguos, de las tesis y proyectos fin de carrera, y del Archivo Universitario, y por último, una serie de Bibliotecas Temáticas. Para el correcto funcionamiento de la Biblioteca Universitaria se crean las siguientes Comisiones: Comisión de Coordinación de la Biblioteca Universitaria, Comisión de la Biblioteca General y Comisiones de las diferentes Bibliotecas Temáticas.
Es preciso resaltar el valor que se le concede a la Biblioteca Universitaria ya que depende directamente del Rector, en lugar de hacerlo de alguno de los Vicerrectores. También hay que destacar el papel que se le da a la Comisión de Coordinación como responsable de aprobar las directrices políticas de actuación de la Biblioteca Universitaria.
La Ley Orgánica 6/2001 de Universidades incide en la organización de la ULPGC que elabora un nuevo Estatuto, aprobado por Decreto 30/2003, en el que se refleja el nuevo modelo educativo y una nueva visión de la Biblioteca Universitaria como un centro de recursos para el aprendizaje, la docencia, la investigación y las actividades relacionadas con el funcionamiento y la gestión de la Universidad en su conjunto.
Como desarrollo del Estatuto, la Biblioteca se dotó de un Reglamento, aprobado por el Consejo de Gobierno el 27 de noviembre de 2003. El Reglamento desarrolla la estructura de la Biblioteca Universitaria desde el punto de vista funcional así como los órganos de gobierno, personales y colegiados.
Pero, como hemos dicho antes, es evidente que los condicionantes históricos y geográficos han influido decisivamente en la conformación de la esencia de la ULPGC y, por lo tanto, en su Biblioteca, dotándola de unas características propias como su apertura a la sociedad, su voluntad de promover la coordinación técnica de otras colecciones especializadas de la isla, su voluntad de promover la formación continuada de personal experto en el campo de la Biblioteconomía y Documentación y su voluntad de crear una colección de temas canarios que complemente las de otras instituciones.
La Biblioteca Universitaria desde 1995 ha planteado objetivos y líneas de actuación tendentes a converger con los programas de actuación generales de la Universidad, que se han consolidado con el Plan Estratégico 2005-2007, que planteba como horizonte la aspiración de la Biblioteca Universitaria a convertirse en un centro de recursos de información integrado en la docencia y la investigación, comprometido con la formación continuada del individuo y sostenido por un equipo humano implicado en un proceso continuo de mejora de la calidad.
PEBULA: Plan Estratégico de la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas (2005-2007)
Firmemente comprometida en un proceso de evaluación y mejora continuada, la Biblioteca Universitaria se ha sometido a lo largo de su historia a varios procesos de evaluación:
Informe de autoevaluación de la Biblioteca Universitaria (2001)
Informe de evaluación externa de la Biblioteca Universitaria (2001)
Informe final del proceso de evaluación de la Biblioteca Universitaria (2002)
Estos procesos de evaluación condujeron a la elaboración de diversos planes de actuación:
Plan de actuación de la Biblioteca Universitaria (2002-2004) a partir del informe de evaluación
Cada año, en función de las directrices emanadas de la Comisión de Coordinación de la Biblioteca Universitaria, se establecen las áreas de responsabilidad de la Biblioteca Universitaria.