Acento italiano y japonés en el Áula de Cine
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El Aula de Cine de la ULPGC, fiel a su compromiso con la divulgación del cine de siempre, ofrece este nuevo curso académico otra serie de ciclos, a cual más interesante. Ahora mismo, y hasta diciembre, puedes disfrutar de dos de características bien diferentes, prueba de que aquí tienen cabida tanto el cine «ligero» como el «serio».
Comedia italiana 60-70
El primero se ejemplifica en los ocho títulos que vienen proyectando desde el 12 de septiembre en el ciclo de comedia italiana de los años 60 y 70. Después de Rufufú (algo más que una parodia del clásico francés de cine negro Rififí), Todos a casa (tragicomedia bélica de Luigi Comencini), Divorcio a la italiana (comedia negra protagonizada por Marcello Mastroniani), Seducida y abandonada y Matrimonia a la italiana (otro híbrido italiano de comedia costumbrista y comedia dramática, con Vittorio de Sica dirigiendo el quinto trabajo de la pareja Mastroniani-Sophia Loren), quedan tres obras que tampoco tienen desperdicio. El 10 de octubre asoma el esperpento de aventura medieval de La armada Brancaleone, también de Mario Monicelli, director y coguionista de Rufufú. Una semana después le tocará otra vez turno a Luigi Comencini, esta vez conduciendo a Alberto Sordi y Silvana Mangano, un matrimonio pobre que espera salir de la miseria jugando a las cartas en Sembrando ilusiones. Sin abandonar la comedia negra, cierra el ciclo Brutos, sucios y malos (Ettore Scola, 1976), protagonizada por una familia numerosa en los arrabales de una gran ciudad italiana.
Yasujiro Ozu
Del 31 de octubre al 19 de diciembre se cambia radicalmente de tercio. Del humor más o menos grueso —con o sin trasfondo social— pasamos a uno de los mayores cineastas del siglo XX, aunque su reconocimiento internacional se hizo de rogar. En parte, por tratarse de un autor japonés que, eso sí, gozó de éxito y popularidad en su país natal. Tampoco ayudó que muchas de sus primeras películas se perdieran, o que, una vez logrado un sello personal, su estilo se caracterizara por el hieratismo y la frontalidad, además de por el empleo de la cámara en posiciones muy bajas y una estricta composición del plano. Nada de esto quita para que, sin necesidad de tópicos narrativos, jugando con el silencio y el tiempo, Yasujiro Ozu alcance cotas brillantes mostrando «la poética de lo cotidiano».
Abre el ciclo su primera película sonora, El hijo único (1936), seguida de Había un padre (1942), primera en que Chishu Ryu, uno de los actores habituales de Ozu, asume un papel protagonista exclusivo. Entre las actrices, Setsuko Hara, todo un símbolo del cine del cine oro japonés, rodó en seis ocasiones para Ozu; cinco de ellas se verán aquí: Primavera tardía (1949), Crepúsculo en Tokio (1957), Otoño tardío (1960), El otoño de la familia Kohayagawa (1961), última colaboración de la actriz, y, por supuesto, Cuentos de Tokio (1953), probablemente la obra más conocida del cineasta japonés en el resto del mundo. Chishu Ryu participó en dos de los títulos mencionados, al igual que en la comedia familiar Buenos días (1959) y en la última película de Ozu: El sabor del sake (1962).
En el programa encontrarás las fechas de los pases, gratuitos (entradas.ulpgc.es) y a las 19:00 h en el Salón de Actos del Edificio de Humanidades. No obstante, el ciclo del maestro japonés contará con un preludio en forma de inauguración, consistente en la proyección de Historia de una hierba errante, película silente de 1934 que adaptaría años después al sonoro (La hierba errante, 1959); por un precio muy económico puedes disfrutar de esta obra, en el Cine Yelmo Las Arenas, en compañía de la música en vivo compuesta e interpretada por Jonay Armas. Y si quieres completar tu inmersión en la cinematografía del país del sol naciente, Luis Miranda Mendoza impartirá el curso Las edades de oro del cine japonés: 36 horas repartidas en 12 sesiones entre el 17 de octubre de este año y el 23 de enero del próximo.