Rubber Soul (1965)
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En agosto de 1965, el cuarteto de rock más famoso de la historia atravesaba un momento dulce en su todavía corta trayectoria profesional. Después de cinco álbumes de estudio y de tres agotadores años de giras, entrevistas, apariciones en radio y televisión, que alimentaban un fenómeno fan de proporciones inéditas, emprendía su segundo tour por los Estados Unidos. Fueron quince días de locura, que arrancaron con un multitudinario concierto en el Shea Stadium de Nueva York, el primero de una banda en un estadio al aire libre. A continuación, una pausa de seis semanas para recuperar fuerzas y otra vez al tajo, con el propósito de lanzar un nuevo disco con vistas a la Navidad. Fue así como The Beatles publicaron Rubber Soul (CD 482) el 3 de diciembre de 1965.
Hubo varias diferencias entre este elepé y los anteriores. Para empezar, nada de giras ni de proyectos cinematográficos que interrumpieran el proceso de registro del nuevo material. Este, por otra parte, iba a ser compuesto exclusivamente por los miembros del grupo, sin una sola versión de autoría ajena. Y la influencia del soul y del folk-rock estadounidenses que habían escuchado durante la gira de verano también se iba a dejar notar.
Un mes y tres días llevó el proceso de grabación y mezcla en los Estudios EMI (después, Abbey Studios). Cien horas extendidas de la tarde a la noche, cuando no hasta la madrugada; la última sesión de registro ocupó de las 18:00 del 11 de noviembre a las 07:00 del día siguiente. Como en Help!, el inmediato antecesor, se utilizó una grabadora de cuatro pistas, aunque hubo que sobregrabarlas en la balada Michelle, procedimiento frecuente en futuras grabaciones. Al frente de la producción estaba el imprescindible George Martin y en la mesa de mezclas el ingeniero de sonido Norman Smith, quien concluía aquí tres años de grabaciones y mezclas con The Beatles. Por cierto que la mezcla en mono tuvo prioridad sobre la estéreo, explicable por el escaso número de aficionados a la alta fidelidad. De hecho, hubo que esperar al lanzamiento del disco en CD (1987) para que Martin aplicase una nueva mezcla estéreo a las cintas máster. La misma sobre la que trabajó el equipo de remasterización de la copia de 2009 de la Mediateca.
De las catorce canciones, once son de John Lennon y Paul McCartney, dos de George Harrison, más una de Lennon-McCartney y Ringo Starr, que este último interpreta conforme a la costumbre de que el batería pusiera voz solista en cada uno de los álbumes de la banda (solo rota, hasta la fecha, en A Hard Day's Night). De aquellas sesiones maratonianas salieron otros dos temas de Lennon-McCartney: Day Tripper y We Can Work It Out, que acompañaron al lanzamiento principal bajo el formato de un sencillo de doble cara A (es decir, con dos canciones de éxito potencial) y fueron número 1 durante el periodo navideño y un poco más allá.
Rubber Soul se abre con Drive My Car, composición de McCartney, a cuya letra de connotaciones sexuales (hay otras posibles atribuciones) contribuyó sustancialmente Lennon. Harrison, después de haber escuchado Respect de Otis Redding, sugirió la idea de doblar con su instrumento el riff del bajo, lo que da por resultado un sonido más pesado, si bien el solo de guitarra es obra de McCartney. Este y Lennon cantan armonías disonantes, un efecto vocal que refuerza la entrada de Harrison:
La sexta entrega de estudio de los cuatro de Liverpool se mantuvo en la primera posición (desde el 25 de diciembre) durante ocho de sus 42 semanas de permanencia en la lista de álbumes británica. En Estados Unidos por primera vez no cambiaron la carátula de un LP de The Beatles, pero sí volvieron a modificar la lista de pistas: añadieron dos procedentes de Help! a diez del original inglés e insertaron las cuatro omitidas en Yesterday And Today, lanzado seis meses más tarde. Alterado de esta manera, alcanzó el número uno en enero de 1966 y ahí siguió durante seis de un total de 51 semanas en el Billboard.
La crítica ve en este disco la prueba de la creciente madurez de la banda, harta de la Beatlemanía y más interesada en la experimentación y el trabajo de producción. Una línea que profundizarían Revolver (1966) y Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (1967). Esto no quita que fuera un logro artístico y comercial en sí mismo, a la par que cumplía esa función de bisagra entre el pasado y el futuro de The Beatles.
(Fotografía de The Beatles en 1965: EMI. D. P. Wikimedia Commons).