Trilogía de Apu (1955-1959)
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Este mes damos un giro de 180 grados. Nos alejamos del brillo de Hollywood y viajamos a la India. Pero no a retratada por los directores occidentales, ni a la de las modernas coproducciones entre compañías de ambos mundos. No, la propuesta de este noviembre se remonta a los años 50 del siglo XX y se debe a una de las grandes figuras del cine indio de todos los tiempos: Satyajit Ray.
El nombre no dice mucho en la actualidad fuera de la India y, especialmente, al margen de los reducidos círculos cinéfilos. Sin embargo, el bengalí (1921-1992) fue un artista distinguido dentro y fuera de su país y un prolijo director de cine, con una treintena larga de títulos entre largometrajes, cortos y documentales, todos ellos producidos por capital indio (y aportes europeo en los dos últimos) y dotados del sello inconfundible de su autor. Ray se involucraba en las múltiples facetas de la creación, desde la escritura del guion a la promoción. El suyo es un cine de valores universales, ejemplificados en la conflictiva y cambiante sociedad bengalí —y, por extensión, india— que vivió en su dilatada trayectoria.
Aunque no escasean las películas destacables en su filmografía, Satyajit Ray estará por siempre asociado a la «Trilogía de Apu». Una aclamada obra maestra basada en dos clásicos de la literatura de su tierra natal, que relatan la vida del personaje del mismo nombre, desde su niñez humilde hasta los sinsabores de la vida adulta. La adaptación cinematográfica se divide en tres partes, a saber:
Pather Panchali
El estreno en 1955 de La canción del camino (DVD 6215) es uno de esos casos de ópera prima y de bajo presupuesto que alcanza un éxito inesperado. Ray trabajaba entonces como diseñador publicitario y su experiencia en el cine se limitaba a una admiración absoluta hacia el medio. Empezó a rodar con un equipo igual de voluntarioso e inexperto, logrando terminar gracias a la ayuda del Gobierno de Bengala Occidental, aunque sin someterse a las indicaciones de poner un «happy end». La reacción del público y de la crítica fue entusiasta en la India. No fue igual de unánime en Occidente, pero llegó a proyectarse en las salas de los Estados Unidos y recibió el premio al «mejor documento humano» en el Festival de Cannes del año siguiente.
Aparajito
Nuestro director no había previsto hacer una trilogía. El sorprendente éxito de Pather Panchali y la persuasión de las autoridades políticas indias se confabularon para abordar una segunda parte. En Aparajito (DVD 6216) vuelve a hacer gala de su capacidad para expresar emociones fuertes y profundidad poética, apoyado una vez más en la fotografía de Subrata Mitra y en la música de Ravi Shankar. El joven Apu se debate entre dos mundos: el rural anclado en el pasado de sus padres y la promesa de futuro de la ciudad. Hubo y hay quien considera El invencible superior a su predecesora y no es un detalle menor que ganase el León de Oro en Venecia en 1957. Un hito que marcó el verdadero arranque de la carrera internacional de Ray.
Apur Sansar
Tras Aparajito, Ryan encadenó un par de títulos que nada tiene que ver con los anteriores: la comedia dramática Parash Pathar (La piedra filosofal) y el musical Jalshagar (El salón de música). Pero los ánimos recibidos en Venecia condujeron a entregar Apur Sansar (DVD 6217) en 1959. Aquí, el ya adulto Apu es un aspirante a escritor (trasunto del autor de las novelas originales) trágicamente golpeado por los azares de la vida, aunque recibirá una inesperada oportunidad de redención. El mundo de Apu no fue tan galardonada como las anteriores y la crítica bengalí se mostró dura con ella. Con todo y con eso, es un final redondo para una trilogía magistral.
Sea en conjunto, o considerado cada film de manera individual, la «Trilogía de Apu» ha pasado a la historia como uno de los mayores logros de la cinematografía india. Y críticos como Mark Cousins no dudan en calificarla de obra maestra de la universal. Como fuere, su nacionalidad, la época de su estreno y otros motivos explican que España no la estrenase y no la comercializase en formato doméstico hasta casi cincuenta años después, cuando Divisa lanzó el pack disponible en la Mediateca. Si el idioma bengalí y los subtítulos no te desaniman, esta es una cita obligatoria para quienes buscan un cine realmente «distinto», pero con ecos de Jean Renoir y del neorrealismo italiano.