10 títulos imprescindibles del Cine Negro (en la Mediateca)
- Compartir en Linkedin
- Compartir en Twitter
- Compartir en Facebook
- Compartir en las redes:
El Hollywood clásico se reconoce por sus actrices y actores de aureola mítica, por sus grandes directores y productores y, por supuesto, por sus películas. Estas últimas se agrupan en una serie de géneros característicos, y uno de ellos es el Cine Negro. A pesar de la dificultad en poner límites cronológicos exactos, su edad de oro suele ubicarse en los años 40 y 50 del siglo XX. Esto no significa que después dejara de cultivarse; lo demuestra la acuñación del término «neo-noir» para englobar las películas que, a partir de los 60, adoptan —y adaptan— todas o algunas de sus características distintivas. Sí es cierto que aquellas dos décadas se consideran el auténtico periodo clásico y a él nos ceñiremos aquí.
Hay que empezar aclarando que cine negro no es lo mismo que cine policíaco o cine de gángsteres, aunque los tres tengan rasgos comunes. Las raíces del primero son más diversas y profundas de lo que aparentan. Por ejemplo, la iluminación, el simbolismo y los efectos de cámara lo relacionan con el expresionismo europeo; sin olvidar la idéntica procedencia geográfica de directores que firmaron algunas de las mejores películas del género. Por otra parte, las historias marcadas por el fatalismo y el peso del pasado dejan entrever la influencia del existencialismo y de la psicología freudiana de los 30 y primeros 40.
Pero, sin duda, lo más evidente es la huella de la literatura. Lo podrás comprobar en la exposición de la Biblioteca Universitaria de próxima inauguración. Son esos relatos populares de Dashiell Hammett, James M. Cain, Raymond Chandler y otros que se trasladaron al celuloide con igual o mayor éxito. De hecho, los arquetipos y el lenguaje narrativo del Film noir son adaptaciones de su homólogo literario. El protagonista es siempre masculino, sea un policía/detective o un individuo perseguido (a veces, ambas cosas). La mujer puede ser la víctima; pero, más a menudo, es el elemento perturbador, la causante de la perdición del hombre. Los diálogos abundan en dobles sentidos y el recurso a la voz en off nos sumerge en la trama.
No una casualidad que la mayoría de las obras del género se rodasen en blanco y negro. Además de resultar más barato que hacerlo a color, daba más juego a la hora de imprimir marca visual: iluminación en claroscuros provocando contrastes acusados, ángulos insólitos, movimientos de cámara. Flashbacks y planos subjetivos subrayan la permanencia del pasado en el presente. Y las ambientaciones urbanas plasman los callejones oscuros, las luces de farolas, las calles húmedas y sucias de las gran ciudad.
En definitiva, estos son los aspectos más representativos del cine negro, particularmente del clásico. Un periodo que abarcaría de 1941 a 1958, es decir, entre El halcón maltés y Sed de mal. Por medio, títulos como Laura, Perdición, El sueño eterno, El cartero siempre llama dos veces, Retorno al pasado, El beso mortal y una largo etcétera de obras imprescindibles. De todas se ha escrito largo y tendido durante décadas, de manera que nos limitamos a comentar brevemente diez disponibles en la Mediateca. Selección tan buena como otra cualquiera (incluida la tuya), pero lo suficiente representativa si lo que buscas es introducirte en el género.
El halcón maltés (DVD 3351) (John Huston, 1941). La mala crítica por el contenido escabroso (violencia, crimen, sexo) del cine negro, hizo que los grandes estudios lo considerasen de serie B y bajo presupuesto. Esta percepción no cambió pese a que MGM, 20th Century-Fox, Warnes Bros. o Paramount produjeron títulos como los de este listado. Ni siquiera, cuando El halcón maltés (la segunda con este título) fue nominada al Óscar. Supuso el espaldarazo definitivo que Humphrey Bogart necesitaba para convertirse en una estrella. Cuesta poner otro rostro a Sam Spade, el detective salido de la pluma de Dashell Hammett en la novela homónima de 1930. La dirección de John Huston, que también escribió el guion adaptado, logró un largometraje tan icónico como su protagonista.
Laura (DVD 3926). Otra candidata a los Óscar (ganó el de la mejor fotografía en blanco y negro), figura entre las películas más celebradas de Otto Preminger. Su producción y rodaje en 1944 no estuvieron exentos de problemas, pero resultó un éxito de crítica y público, hizo famosos a Dana Andrews (el detective) y a Gene Tierney (la bella y seductora joven asesinada), y su tema musical es todo un clásico. Como lo es el leitmotiv de la obsesión y el amor egoísta. Clifton Webb también luce en el rol de cronista cínico.
Perdición (DVD 4947). Es la película del género con más nominaciones a los Óscar (7), pero no recibió una estatuílla. Ryamond Chandler y Billy Wilder firmaron un guion que adapta la novela corta Pacto de sangre, de James M. Cain, quien dio su aprobación. Fred MacMurray y Barbara Stanwyck son la pareja que se atrae mutuamente y termina asesinando al esposo de ella. Con razón se considera un film clave en el cine negro, con las calles oscuras y lluviosas, el recurso al flashback y a la voz en off, y frases como esta: «Lo maté por dinero y por una mujer. Ni conseguí el dinero, ni la mujer. Estupendo, ¿verdad?».
El sueño eterno (DVD 5926). El versátil Howard Hawks era capaz de filmar estupendos westerns y geniales comedias, pero también una obra maestra en la que Bogart vuelve a encarnar a un detective, esta vez el Philip Marolowe de Raymond Chandler. La trama es bastante enrevesada, incluso dentro de los estándares noir, y deja algún que otro cabo suelto. No importa, porque Humphrey Bogart y Lauren Bacall (también pareja en la vida real), la fotografía de Sidney Hickox y la música de Max Steiner se bastan y sobran para que olvides cualquier defecto del guion.
El cartero siempre llama dos veces (DVD 1918). La novela de James M. Cain (1934) ha sido adaptada a la gran pantalla en cuatro ocasiones al menos. Después de la francesa Le dernier tournant (Pierre Chenal, 1939) y de la italiana Obsesión (Luchino Visctonti, 1943), el hoy olvidado Tay Garnett hizo lo propio en 1946. Lana Tarner interpreta a la perfección a la femme fatale, la mujer del dueño de un restaurante de carretera que manipula a su amante (John Garfield) hasta convencerle de matar a aquél y quedarse con la propiedad. Probablemente se recuerde más la película (1981) de Bob Rafelson con Jessica Lange y Jack Nicholson en los respectivos papeles.
Retorno al pasado (DVD 5371). Jacques Tourneur se dio a conocer abiertamente en los Estados Unidos con tres películas de terror, hoy de culto: La mujer pantera, El hombre leopardo, Yo anduve con un zombie. Todas en los años 40 y para la RKO, precisamente una de las compañías que acogieron sin reticencias el cine negro. En este campo, el francés dejó su mejor sello en Out of the Past (1947), en cuyo guion participó Daniel Mainwaring, autor de la novela original. Robert Mitchum, Jane Greer y Kirk Douglas ponen rostro al trío protagonista de la que, sin duda, es una de las cimas del género. Desde luego, superior al remake de 1984 (Contra todo riesgo).
La dama de Shanghai (DVD 2440). También el inconformista Orson Welles se encargó de dejar su huella personal en el cine negro. Guionizada (a partir de la novela de Sherwood King), dirigida, y protagonizada por él mismo, The Lady From Shanghai es una película en color que, no obstante, mantiene el argumento y la atmósfera propias de una obra del género. La produjo Columbia, otra de las compañías pequeñas y medianas que hicieron del noir parte sustancial de su catálogo. El lanzamiento en 1948 fue un desastre, pero el tiempo la ha puesto en su sitio. Muy recordada la escena del tiroteo en la galería de espejos, ya icónica del cine negro.
Gun Crazy (El demonio de las armas) (DVD 3332). El especialista en el género (y en el wéstern) Joseph H. Lewis, utilizó un guion del defenestrado Walter Trumbo para este largometraje de 1950. Es el más conocido de King Brothers Productions, compañía activa entre 1941 y finales de los 60. Trumbo reelaboró un relato de 1940, transformándolo en la violenta historia de amor de una pareja de criminales, naturalmente con final trágico. Un argumento que, en cierto modo, retoma Arthur Penn en su Bonnie y Clyde (1967).
En un lugar solitario (DVD 10308). En la última década de vida, Humphrey Bogart intervino en un puñado de buenas películas del género. Por ejemplo, en esta de Santana Pictures, empresa de corta existencia fundada por el actor. Nicholas Ray dirigió dos de sus siete producciones, ambas con idéntico protagonista. Lo interesante de In a Lonely Place es que, siendo cine negro, Bogart no encarna a un detective o a un delincuente, sino a un guionista, eso sí, con un carácter violento que lo hace sospechoso de asesinato. El final oscuro no favoreció el éxito comercial del largometraje (ninguno de los de Santana Pictures lo tuvo), pero ganó prestigio con los años, mientras que la actuación de Bogart se considera de las mejores de toda su carrera.
Sed de mal (DVD 5563). Cerramos con Orson Welles, en la que bien puede ser su segunda obra maestra, tras Ciudadano Kane. El guion es suyo y se reserva el suculento papel de policía corrupto, compartiendo cartel con Charlton Heston y Janet Leigh. Supuso su regreso a los rodajes en Estados Unidos, después de una década completa. ¡Y de qué manera! Una historia turbia, compleja, que vio la luz en gran medida gracias al empeño de Heston. Los contrastes entre luces y sombras otorgan la atmósfera densa que aquella demandaba. A pesar de que ahora desentone un poco la caracterización mexicana del protagonista, detalles como el plazo secuencia inicial prueban que Welles seguía estando en plena forma creativa. Incomprendido, eso sí; de ahí el fracaso del montaje que los productores estrenaron en 1958. Hubo que esperar a la muerte del genio para disponer de una versión restaurada conforme a sus indicaciones. La puedes disfrutar en el ejemplar de la Mediateca.
(Imágenes: DVD de la Mediateca / Fotograma del tráiler de la película Agente especial. Allied Artists, 1955. D.P. Wikimedia Commons)