Un otoño fordiano (1)

11 Septiembre 2024

Es uno de los grandes directores en la historia del cine y uno de los más influyentes de su generación. Sus películas nunca faltan en las listas de los títulos emblemáticos del séptimo arte. Y no es para menos, porque John Ford (1894-1973) rodó más de 140 películas entre 1917 y 1966 y ganó el Óscar a la mejor dirección en cuatro ocasiones (además de otros dos por sendos documentales).

Aunque muchas de sus primeras producciones se han perdido, no supone un problema a la hora de escoger entre las más importantes de una trayectoria dilatada. Lo difícil es limitarse a unas pocas.

En nuestra Aula de Cine y en la Asociación de Cine Vértigo lo tienen claro. Entre el próximo viernes y enero del 2025 proyectarán un total de 21 largometrajes en una retrospectiva conjunta. Un buen puñado de obras imprescindibles que te permitirán (re)descubrir la huella que Ford dejó en varios géneros. En esta primera entrega repasamos brevemente el ciclo del Aula, que consta de los siguientes títulos:

 

El caballo de hierro (13 de septiembre). Ford obtuvo su primer gran éxito con este film mudo estrenado seis meses después de cumplir 30 años de edad. Un relato épico (enfrentamiento con los indios y romance de por medio) de la construcción del primer ferrocarril trasncontinental de los Estados Unidos, en la década de 1860. El rodaje fue accidentado, pero la respuesta de la taquilla garantizó la continuidad del director en la Fox y en Hollywood.

 

El delator (20 de septiembre). 1935 fue el año en que Ford, en compañía de otros cinco colegas, fundó la Asociación de Directores. Y también el año de esta producción de la RKO, donde no ocultaba su simpatía hacia el IRA y que le dio su primer Óscar. Lo protagoniza Victor McLaglen, ya entonces uno de sus actores favoritos y ganador del correspondiente premio de la Academia.

 

La diligencia (27 de septiembre). Reducir a Ford al western es absurdo, pero es por lo que mejor se le conoce popularmente y el mundo donde se sentía a sus anchas. Stagecoach fue su primer trabajo sonoro en el género y el  inicio de la edad de oro de éste. Lanzó al estrellato a John Wayne y marcó el comienzo de una fructífera relación director-actor durante las décadas siguientes. Ford y su fotógrafo Winton C. Hoch filmaron como nadie los espectaculares paisajes desérticos de Monument Valley. A menudo se considera el mejor western de todos los tiempos.

 

Las uvas de la ira (4 de octubre). Otro de los títulos capitales de la filmografía fordiana. Adapta la novela de John Steinbeck sobre la vida de una familia de granjeros de Oklahoma en tiempos de la Gran Depresión, aunque dulcificando un tanto la dureza del relato original. Estupenda interpretación de Henry Fonda y segundo Óscar para el cineasta.

 

¡Qué verde era mi valle! (11 de octubre). Último trabajo de Ford antes de que los Estados Unidos entrasen en guerra. Y otra adaptación de novela; esta vez, la historia de una familia minera galesa de la era victoriana, contada por el menor de los hijos. Arrebató a Ciudadano Kane el Óscar a la mejor película y Ford obtuvo el tercero de los suyos.

 

Fort Apache (18 de octubre). Este largometraje de 1948, protagonizado por John Wayne a dúo con Henry Fonda, es la primera entrega de la elogiada «Trilogía de la caballería». Las guerras indias del siglo XIX sirven de excusa para hacer un retrato de la vida en el Ejército, sus penalidades y alegrías, en un entorno hostil donde caben la camaradería y la amistad.

 

 

El hombre tranquilo (25 de octubre). Concluida la trilogía, Ford traslada a Wayne a un registro muy distinto, en su idílica visión de Irlanda, la patria de sus progenitores. La Innisfree de 1952 guardaba escasa relación con la realidad rural irlandesa; pero Wayne, Mauren O'Hara, Victor McLaglen, y el plantel de secundarios, obran el milagro de que nos la creamos por dos horas. Cuarto y último Óscar para nuestro director (y tercero para la fotografía de Winton C. Hoch).

 

Centauros del desierto (8 de noviembre). El regreso de The Duke al Oeste americano en 1956 adelantaba el tono crepuscular que el género adquiriría en breve. Su excelente caracterización de hombre desarraigado e impulsado por la sed de venganza, contribuyó al prestigio que adquirió con el paso del tiempo una película que no entusiasmó en el momento de su estreno.

 

El última hurra (15 de noviembre). Que Ford también supo hacer sátira política lo demuestra esta producción de 1958. Spencer Tracy es el alcalde de una ciudad de Nueva Inglaterra que se presenta a un quinto mandato, para lo cual utilizará todos los medios a su alcance. Un personaje de contrastes inspirado en James Michael Curley, alcalde de Boston en cuatro ocasiones, fallecido el mismo mes del estreno de la película. De lo mejor de Ford, pero un rotundo fracaso en taquilla.

 

El sargento negro (2 de noviembre). Ford abrió la década de los 60 (o cerró la de los 50) con un alegato antirracista de estructura inusual en la época, de una trama criminal violenta narrada por medio de flashbacks. Hoy cuesta valorar el alcance de una película que consiste argumentalmente en el juicio a un afroamericano, miembro de la tan querida caballería fordiana, acusado de violación y asesinato. Convincente Woody Strode en la piel del sargento primero Rutledge.

 

El hombre que mató a Liberty Valance (29 de noviembre). La penúltima colaboración con John Wayne suele considerarse también uno de los primeros ejemplos de western crepuscular y la cima del clásico género junto a La diligencia y Centauros del desierto. Aquí priman los espacios interiores y los diálogos, al servicio de un argumento que expresa la desaparición de un mundo anticuado (el Viejo Oeste de la frontera) y el nacimiento de uno nuevo (el de la civilización moderna), así como la construcción de un mito. Legendaria la escena del duelo entre James Stewart y Lee Marvin.

 

7 mujeres (13 de diciembre). El ciclo se cierra con la despedida de «Pappy» Ford del medio al que dedicó una vida entera. En su filmografía no escasean las mujeres fuertes, pero nunca habían sido las protagonistas absolutas. Ahora sí, gracias a un relato situado en la convulsa china rural de mediados de los años 30. Anne Bancroft encabeza estupendamente a las siete mujeres del título, pese a que Ford no parece haberle gustado la elección para el papel de la descreída doctora Cartwright.

Las doce sesiones caen en viernes, todas a las 19:00 horas. En caso de no poder asistir, en la Biblioteca Universitaria dispones de la mayoría de las películas en formato DVD; basta con clicar en los títulos para saber dónde localizarlos.

 

 

(Foto: Los Angeles Daily News, 1946. D.P. Wikimedia Commons / cartelería: D.P. Wikimedia Commons)

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Comentarios

Estupendo el artículo, lo compartimos y nos animamos a ver de nuevo la filmografía de Ford. Un grande 🌹

Sam