Ella and Basie! (1963)
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(© Verve Records. Fotografía: Jay Thompson. Fuente: Wikipedia)
Ya que abril concluye con el Día Internacional del Jazz, nos parece justo dedicar nuestro «Disco del mes» a una pareja de artistas incomparable. Ella and Basie! (CD 2633) es el álbum de estudio que reunió (¡pronto hará sesenta años!) a dos monstruos del género: la cantante Ella Fitzgerald y el director de orquesta y pianista Count Basie. Una sesión musical que el transcurso del tiempo volvió clásica.
En 1963, Basie (59 años) y Fitzgerald (46) disfrutaban de la madurez artística y del reconocimiento general. Ella había comenzado su carrera solista dos décadas atrás, ganando rápidamente popularidad y crédito por su estilo bebop con improvisaciones vocales (scat). Después, la firma con la discográfica Verve le permitió grabar estándares de jazz procedentes del cancionero estadounidense (The Great American Song Book). Por su parte, Basie siempre estuvo vinculado a las big band, como pianista al servicio de otras antes de establecer la suya. Con altibajos y cambios de formación, dirigió durante casi medio siglo The Count Basie Orchestra, que en los años 50 reformuló bajo el nombre de New Testament, dando apoyo a las voces más prominentes del jazz.
Ella Fitzgerald en 1962. (Autor: Lewin/Kaufman/Schwartz. Wikimedia Commons).
En este contexto, llama la atención que solo hubieran colaborado alguna vez antes de 1963, y nunca en un álbum entero. Al fin y al cabo, ella había sido vocalista de big band en la década de los 30, y ahora estaba en el apogeo de su carrera. Y Count Basie representaba ese ideal de orquesta, incluso si la New Testament estaba en un periodo de transición. El treintañero Quincy Jones, ya talentoso arreglista y director de conjuntos musicales, se encargó de escribir los arreglos, fiel al estilo de Basie, pero incorporando su sello personal. Fitzgerald tuvo libertad para moverse por el cancionero popular; no se limitó a poner la voz, sino que se integró en el grupo de dieciocho músicos.
Count Basie en 1955, sentado al piano, instrumento familiar desde la niñez y en el que inició su carrera musical. (Fotografía: James J. Kriegsmann. Wikimedia Commons).
Bajo la «supervisión personal» de Norman Granz, fundador de Verve y manager de la cantante, la grabación tuvo lugar los días 15 y 16 de julio en Nueva York. El elepé resultante se lanzó en septiembre conteniendo doce temas, incluidos dos de Duke Ellington (pasados por el tamiz Basie-Jones), cuyo cancionero había abordado Lady Ella en 1957. Buscando posteriormente entre los registros de las sesiones de grabación, apareció alguno más y también diversas tomas alternativas, que se incluyen en el cedé de la Mediateca a modo de bonus tracks. De los cortes originales, acostumbran destacar al menos tres.
Honeysuckle Rose es una canción compuesta en 1928 por Thomas Wright "Fats" Waller con letra de Andy Razaf. Ha tenido numerosas versiones (aparte de las del propio Waller) y fue incluida en el Grammy Hall of Music en 1999. En las notas de nuestro cedé, el productor y connoisseur de jazz Cliff Preiss subraya cómo la banda «mantiene las cosas cocinándose detrás de uno de los scats característicos de Fitzgerald, respondiendo a sus líneas vocales, y establece un vaivén entre ella y el piano de Basie antes de concluir con una coda rockera»:
Them There Eyes es apenas posterior, ya que, escrita por Maceo Pinkard, Doris Tauber y William Tracey, se publicó en 1930. Una versión de Bing Crosby, de noviembre de este mismo año, conoció el éxito cuando la grabó Louis Armstrong al año siguiente. También Billie Holiday la hizo famosa en el 39. Preiss define la versión de 1963 como «una jam session de Ella y sus chicos» y pide prestar atención a «sus intercambios de 4 compases con [el trompetista] Joe Newman (que aparece a lo largo de todo el álbum) y en cómo su conversación musical se cede después a Urbie Green [trombón] y Frank Foster [saxo tenor]». Suele considerarse el mejor momento del álbum:
Ella and Basie! pasa por ser una de las mejores grabaciones de la Reina del Jazz. Además, fue una encrucijada en las carreras de sus tres protagonistas. El resto de la década y la siguiente asistieron al ascenso de la estrella de Quincy Jones, en cierto modo culminado en su colaboración con Michael Jackson a finales de los 70 y primeros 80. Por otro lado, la grabación y publicación de un concierto de Basie y Fitzgerald en Santa Mónica en 1972, sería el origen de la fundación por Granz del sello Pablo Records, bajo el que cobró renovado impulso la trayectoria discográfica de la pareja, para disfrute de la generaciones futuras.
El ejemplar de la Mediateca es una lanzamiento español de 2012 de la remasterización de 1997. La contraportada informa de la «meticulosa restauración» de las cintas originales, en «alta resolución, transferencia digital de 20 bits»; más el añadido de «pistas adicionales, nuevas notas, fotografías, carátulas originales y mucho más».