Óscar 2023: casi todo para "Todo a la vez en todas partes"
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Los Óscar no serán lo que fueron y no interesarán mucho a las generaciones más jóvenes, pero continúa siendo el referente anual de la industria del cine estadounidense y, por extensión, del cine mundial. En la entrega de premios de su 95ª edición, celebrada ayer domingo (madrugada del lunes en España) en el Dolby Theatre de Los Ángeles, no hubo grandes imprevistos. Ganó de calle Todo a la vez en todas partes y la gala, sin ser brillante, deparó algunos momentos destacables. Vamos con el resumen. Primero, la ceremonia. Ya es buena noticia que resultara una hora más corta que la del año pasado. Que se televise todos los premios, incluso los menos mediáticos, también. Es la tercera vez que Jimmy Kimmel conduce una gala y, de nuevo, reparte estopa: un Steven Spielberg sin ideas que rueda una película sobre sí mismo; el fracaso comercial de Babylon; John Williams y su banda sonora «perfecta para tener sexo»; el recordatorio del incidente Rock-Smith de la pasada edición... Esta vez, la reivindicación política se redujo a las palabras del director del Óscar al mejor documental a propósito de Alekséi Navalny, el opositor a Putin protagonista del ganador en la categoría. La nota feminista corrió al cargo de Sarah Polley, Óscar al mejor guion adaptado; mientras que Jamie Lee Curtis agradeció a sus fans el apoyo recibido en los últimos años y ensalzó el valor del trabajo en equipo. Y más ocurrencias y bromas pesadas de Kimmel, con la aparición en el escenario de la —supuesta— burra de Almas en pena de Inisherin, las intervenciones de dudoso gusto del «Oso vicioso», o la acertada idea de que se interpreten los cinco temas nominados a la mejor canción original.
En cuanto al reparto de premios, Todo a la vez en todas partes quedó a uno de unirse al trío de ganadoras del repóker principal (película, dirección, actor, actriz, guion original). Los Daniels (también mejor guion original) comparten el Óscar a la mejor dirección, dejando fuera de juego al mismísimo Spielberg. El de Michelle Yeoh (primera asiática en ganar el Óscar a actriz protagonista) reconoce la valía de la mujer que se dio a conocer internacionalmente con Tigre y dragón en el año 2000. Los de Ke Huy Quan y Jamie Lee Curtis (mejores actor y actriz de reparto) hacen lo propio con el que fuera «niño Spielberg» y la que sigue siendo alma de la franquicia Halloween. Sin duda, todo un triunfo para la productora y distribuidora independiente A24. Logro incrementado con el Óscar al mejor actor principal que agradeció un visiblemente emocionado Brendan Fraser, el profesor con obesidad mórbida en La ballena (The Whale). Sin olvidar que, si lo aceptamos como tal, Everything Everywhere All at Once sería el primer filme de ciencia ficción ganador del Óscar a la mejor película. ¿Qué decir del resto de nominaciones? Si la peli de los Daniels se llevó 7 de 11 (añade mejor montaje a los premios ya citados), el que fuera «Rey Midas de Hollywood» no sacó adelante ninguno de los siete con que llegaba a la cita por su autobiografía encubierta Los Fabelman. Almas en pena de Inisherin partía como una candidata con opciones, pero no prosperaron ninguna de sus nueve nominaciones (lástima por un convincente Colin Farrell). También Elvis se quedó en blanco, y eso que Austin Butler encarnando a un mito estadounidense se antojaba baza segura. Casi tanto como el retrato de una famosa directora de orquesta por Cate Blanchett en TÁR, o la composición de otro icono norteamericano, Marilyn Monroe, por Ana de Armas en Blonde. A la coproducción europea El triángulo de la tristeza no le fue mejor; mientras que a Ellas hablan se le recompensó la adaptación a guion cinematográfico de la novela de Miriam Toews sobre el drama de las mujeres menonitas sometidas a abusos sexuales por sus compañeros de colonia.
Incluso desde antes la entrega de los premios, se comentaba el desinterés hacia las dos películas que más han hecho por revitalizar las salas de cine últimamente. Top Gun: Maverick rascó una sola de sus cinco nominaciones (sonido); y Avatar: el sentido del agua, que también postulaba a mejor película, se quedó con el Óscar a los mejores efectos visuales. Tom Cruise y James Cameron (sin nominación a la mejor dirección) lo tenían tan claro que ni se presentaron en la gala. Cerramos con un par de cosas. Superado definitivamente el debate "película en sala vs. película en streaming", la alemana Sin novedad en el frente (tercera adaptación cinematográfica del clásico antibelicista de Erich Maria Remarque) acudía con nueve nominaciones. No consiguió el premio mayor, pero sí el de la mejor película internacional (y los de fotografía, banda sonora y diseño de producción). Por su parte, estaba cantado para quién sería el premio al mejor largometraje de animación: Pinocho de Guillermo del Toro, una nueva adaptación del relato de Claudio Collodi, más apegada al original literario que a las edulcoradas versiones Disney. Visto lo visto el domingo (lunes), parecería que Hollywood apuesta por lo diferente, lo extraño, lo friki, declarando vencedora a la inclasificable Todo a la vez en todas partes. Sobre todo, si la comparamos con el resultado más bien conservador del año pasado. Que esto sea una apertura a campos menos trillados y tendencias más experimentales, o el resultado de los vaivenes en los gustos del público y, especialmente, de las personas que votan los Óscar, lo dirá el futuro. Por ejemplo, dentro de un año. Mientras tanto, disfruta el tráiler de la protagonista de la noche: