Songs in the Key of Life (1976)
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Este mes vamos de músicos pioneros e influyentes. Primero fue un maestro de las bandas sonoras. Hoy le toca a un cantante, multinstrumentista y compositor que ha publicado 23 álbumes de estudio y 91 singles, ganado 25 premios Grammy y vendido más de 100 millones de discos. Un músico que no necesitó la visión de sus ojos para establecer una marca propia y desarrollar una carrera en la que conviven la diversión y el activismo político y social. Ese hombre es Stevie Wonder, y Songs in the Key of Life (CD 1479) el primer «disco del mes» de 2023 en The End. En 1976 habían quedado atrás los comienzos musicales en los que, siendo adolescente, Stevland Hardaway Morris fuera bautizado artísticamente como Little Stevie Wonder. De hecho, se hallaba inmerso en la que sería su etapa de álbumes clásicos. Esta arranca en 1972 con la publicación de Music of My Mind y, sobre todo, de Talking Book, del que extrajo dos hits que le darían sus primeros Grammy: Superstition y You Are the Sunshine of My Life. Después vinieron Innervisions (1973) y Fulfillingness' First Finale (1974), ganadores del Grammy al álbum del año. A sus veinticinco años, Wonder era una de las figuras del pop y el R&B más populares dentro y fuera de los Estados Unidos. Pero eso no significa que estuviese satisfecho, y hubo un momento en que se planteó dejar la industria musical e implicarse en labores humanitarias lejos de su país. Acabaría desistiendo y prorrogando su contrato con la Motown, a condición de obtener un control absoluto sobre sus producciones.
Con estos antecedentes, es lógico que el anuncio de «Canciones en la clave de la vida» (o «Canciones en clave de vida») suscitara grandes expectativas. El periodo de grabación y producción llevó más de dos años, hasta el lanzamiento el 28 de septiembre de 1976. El sonido de los teclados y sintetizadores que Wonder venía explorando desde principios de la década, vuelve a cobrar protagonismo en el álbum, en el que él mismo toca, además, armónica, batería y percusión. Al menos 60 nombres de colaboradores y colaboradoras aparecen en las notas del disco, incluyendo las guitarras de Michael Sembello y George Benson y el teclado de Herbie Hancock; mientras que la mayoría de las letras son del propio Wonder en solitario. A pesar de este considerable apoyo, el perfeccionismo hizo que pasara horas interminables en el estudio de grabación e insistiera en regrabar y mezclar las pistas hasta quedar plenamente convencido. El resultado estuvo a la altura del esfuerzo: un doble elepé con diecisiete cortes, acompañado de un EP extra con otros cuatros y un libreto de 24 páginas.
En el mercado norteamericano se lanzaron cuatro singles. El primero, en noviembre del 76, fue I Wish, un tema optimista surgido de un picnic de la Motown al que Wonder acudió con un tremendo dolor de muelas, y al que más tarde añadió una letra nostálgica sobre su infancia y adolescencia:
La alegría también preside Isn't She Lovely?, en la que Wonder celebra el nacimiento de su hija Aisha. Es una de sus canciones más personales y reconocibles, con el primer llanto de un bebé en la apertura y el audio de la grabación de un baño de Aisha en el tramo final. En su día no se publicó como sencillo comercial, ya que el cantante no quiso acortar los seis minutos y medio del original para adaptarlo al formato más pequeño. Sin embargo, gustó mucho en las radios y entró en la lista Adult Contemporary del Billboard:
En el segundo sencillo oficial, Sir Duke, nuestro artista rinde tributo a las raíces jazzísticas de su música, expresando su admiración por «[Count] Bassie, [Glen] Miller, Stachmo [Louis Armstrong] y el rey de todos, Sir Duke [Ellington]», fallecido dos años antes, y por la voz de «Ella [Fitzgerald]». Y lo hace aglutinando en una estructura pop elementos de géneros (jazz, swing, doo-woop) que influyeron en su despertar musical:
I Wish y Sir Duke alcanzaron el número 1 en el Billboard Hot 100, siendo el cuarto y el quinto, respectivamente, en la trayectoria artística de Stevie Wonder. Las versiones en edición sencilla de Another Star y As se liberaron en la segunda mitad de 1977, cuando aflojaban las ventas del elepé, y no pudieron igualar a sus predecesores. Da lo mismo. Ni siquiera la banda sonora que compuso en 1984 para La mujer de rojo (aquella del megaexitazo I Just Called to Say I Love You) se vendió tanto, ni sería tan aclamada por la crítica como Songs in the Key of Life. En 1977 fue el segundo elepé más vendido en USA (detrás de Rumours, de Fleetwood Mac) y ganó cuatro de siete nominaciones a los Grammy, entre ellas mejor álbum y mejor productor del 76. Y, con el tiempo, se convirtió en un estándar dentro de la discografía de Stevie, su obra más completa, cuya calidad nunca han dejado de reconocer músicos, productores y cantantes de entonces y ahora.