La caja (2006)
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Aunque de unos años a esta parte Canarias se ha convertido en plató de rodaje para producciones cinematográficas españolas, europeas y norteamericanas, siguen siendo pocas las historias ambientadas aquí. Todavía menos, aquellas de autoría netamente isleña.
Por eso, es un grato deber dedicar nuestro espacio mensual a un filme que no solo adapta la novela de un escritor canario: también lo son su director y su productor. Por si fuera poco, esa novela es la propuesta del librofórum del Club de Lectura de la Biblioteca Universitaria que está al caer. Sí, hoy traemos a The End La caja (DVD 1818).
Víctor Ramírez es uno de los nombres más representativos de la literatura hecha en el Archipiélago en las últimas cuatro o cinco décadas. Su segundo relato novelado fue Nos dejaron el muerto en 1984. Dueño de una prosa clara, de afilada ironía, con sus gotas de realismo mágico y un empleo natural del habla canaria, su obra evidencia, sin complejos, los presupuestos ideológicos desde los que ha abordado la creación literaria, se trate de ficción o de periodismo. En esta narración, en concreto, a través del retrato del microcosmos de un barrio de la geografía insular, critica la moral burguesa y el nacionalcatolicismo imperante durante su infancia y juventud.
Juan Carlos Falcón es de una generación posterior. De formación fundamentalmente autodidacta, empezó dirigiendo cortometrajes en la segunda mitad de los 90. La caja sería su debut en la larga duración. Posteriormente trabajaría a caballo entre España y Estados Unidos, donde rodó más cortos y su segundo largometraje (People You May Know, 2016). La crisis de la COVID-19 le pilló preparando su tercera cinta, Unforgettable, pendiente de estreno este 2022.
En el «Making of» incluido entre los extras del DVD, Falcón explica que le bastó con leer la frase que abre la novela («Nos dejaron el muerto un sábado a mediodía») para saber que allí había el germen de una película. Así lo debió de ver también el veterano Andrés Santana, tres veces premio Goya a la mejor dirección de producción. Sin embargo, no se trata de una adaptación literal del título de Ramírez. Se inspira en él, reteniendo la trama central, personajes y detalles curiosos (por ejemplo, la admiración de Ramírez por México); pero renuncia a trasladar a la pantalla toda la riqueza narrativa del original. La decisión no tiene nada de extraordinaria, ya que es práctica común en las traslaciones del papel al cine, dos medios con lenguajes y características propias. Por ello, recomendamos que leas la novela y veas la película, en el orden que prefieras.
Uno de los aciertos del filme de J. C. Falcón (éxito de taquilla y ganador de diversos premios nacionales e internacionales) es el tono tragicómico, o de comedia negra, del velatorio de un difunto que ha marcado la vida de las protagonistas en un pueblecito marinero canario de los años 60. (Por cierto que, si bien las localizaciones exteriores son de Fuerteventura y La Palma, los interiores se rodaron en estudio.) El otro es, precisamente, el trabajo del elenco femenino, encabezado por Ángela Molina (Eloísa), Elvira Mínguez (Isabel), María Galiana (Doña Josefa) y Antonia San Juan (Benigna). Y es que La caja, ante todo es un relato de mujeres golpeadas que pugnan, entre la venganza y el olvido, por cerrar sus heridas: