Goya 2022: gana el patrón, pierden las madres

14 Febrero 2022

Si bien una entrega de premios no es una radiografía del estado de la industria cinematográfica de un país, y mucho menos de los gustos mayoritarios del público, no deja de ser un espectáculo que suscita el interés de los medios. Por ejemplo, si hubiera que resumir en una frase el resultado de la 36ª edición de los Goya, celebrada el pasado sábado, más de uno habría elegido la que encabeza este post. Fue una ceremonia de «reencuentro» y de «vuelta a la normalidad», tras dos años de pandemia sin que sus protagonistas hiciesen acto de presencia bajo un mismo techo. Hubo dedicatorias emotivas, discursos reivindicativos, humor, números musicales y la clásica ausencia de ritmo. Y, sí, Pedro Almodóvar salió de vacío, mientras El buen patrón cumplía las expectativas alzándose con el mayor número de «cabezones». Lee nuestro resumen apresurado en cinco párrafos.

Javier Bardem y Blanca Portillo, caracterizados de Julio Blanco y Maixabel Lasa, respectivamente.

La cinta de Fernando León de Aranoa se perfilaba como la favorita, ya que la precedía su récord de veinte nominaciones. En términos Oscar, ganó cuatro de los cinco grandes: mejor película, mejor dirección (ya es el tercero del madrileño, más un cuarto a la dirección novel en 1997), mejor actor principal (Javier Bardem, el sexto de su carrera como actor), mejor guion original (del propio León). Solo faltó el galardón a la mejor actriz principal. Este recayó en una actriz de prestigio como Blanca Portillo, el primero que recibe, por su papel de Maixabel en la película homónima de Icíar Bollaín, que acudía con catorce nominaciones. Se trata de dos producciones bien distintas: El buen patrón, una comedia dramática —o drama cómico— sobre el mundo empresarial y del trabajo en la España de provincias; Maixabel, un drama basado en hechos reales que incide en el delicadísimo tema del perdón y la reconciliación entre víctimas y victimarios (aquí, la viuda del político Juan María Jáuregui y uno de sus asesinos). Del resto de producciones competidoras, se reconoció la fotografía, la dirección de producción y la canción de Mediterráneo, un relato del drama de la inmigración en el extremo oriental de este mar. Libertad pone el foco en el verano adolescente de su protagonista, y obtiene sendos premios a su directora Clara Roquet (mejor dirección novel) y a Nora Navas (mejor actriz de reparto). Madres paralelas, como queda dicho, sale de la noche sin ninguna de las ocho nominaciones con que acudía. Si Bardem arrebató a Luis Tosar el premio al mejor actor principal, Urco Olazabal sí que pudo con el de mejor actor de reparto por su participación en Marixel, en tanto su compañera de elenco María Cerezuela hacía lo propio como actriz revelación. Por su lado, Chechu Salgado hizo lo propio con el de mejor actor revelación en La leyes de la frontera, un filme de Daniel Monzón que nos retrotrae a aquel cine quinqui de finales de los 70 y la década de los 80. En cuanto a otras categorías fílmicas, José Trueba salió ganador en la de mejor documental con Quién lo impide, un aclamado retrato de la adolescencia y la juventud actuales. La debutante Chelo Loureiro se llevó el Goya a la mejor película de animación por su historia de Valentina, una niña con síndrome Down que sueña con ser trapecista. La mejor película iberoamericana recayó en La cordillera de los sueños, ejercicio de memoria histórica del chileno Patricio Guzmán que completa la trilogía que abriese en 2010 con Nostalgia de la luz. Su equivalente europea fue Otra ronda, la última ganadora del Óscar a la mejor película internacional.

José Sacristán, uno de los fundadores en 1986 de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. Se metió en el bolsillo al público presente en el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, con un discurso de agradecimiento a quienes le han acompañado en su medio siglo en los escenarios y pantallas de cine.

Mención aparte para dos Goya especiales. El de Honor premia a cualquier especialidad en reconocimiento a toda una vida de dedicación a la industria. El año pasado le correspondió a la actriz Ángela Molina, y este se concedió a Pepe Sacristán, el veterano actor de cine, teatro y televisión, que en 2012 ya había recibido uno al mejor actor protagonista. El Internacional es una novedad introducida en esta edición, quizá en respuesta al aluvión de apoyos virtuales recibidos durante la ceremonia anterior, aunque su objetivo declarado sea «reconocer a personalidades que contribuyen al cine como arte que une culturas y espectadores de todo el mundo». Como fuere, la primera receptora ha sido la australiana Cate Blanchett, ganadora de dos Oscar, tres Globos de Oro y BAFTA, entre una multitud de premios, nominaciones y honores cosechados a lo largo de su exitosa trayectoria profesional. En definitiva, una gala sin demasiadas caras nuevas, con premios repartidos, decepcionante para Pedro Almodóvar (no olvidemos que es el director con más candidaturas a la mejor dirección —diez— en la historia de los Goya, de las que ha ganado tres, la última en 2020 por Dolor y gloria), tal vez con menos espacio para el cine independiente y que pone fin al centenario de Luis García Berlanga, cuyo espíritu estuvo presente durante toda la ceremonia. En la red puedes consultar el palmarés completo y los detalles y comentarios pormernorizados de la gala. Si te la perdiste, dejamos este vídeo con los mejores momentos, según RTVE:

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