Swing in the Films of Woody Allen (2012)

30 Abril 2021

(Imagen: Discogs)

En noviembre de 2011, la Conferencia General de la UNESCO proclamó el 30 de abril como Día Internacional del Jazz. Entendido este género musical como patrimonio cultural, digno de reconocimiento y difusión. Pero, también, como una herramienta educativa, en tanto su historia va asociada a la lucha por la dignidad humana y en contra de la discriminación y el racismo.

Surgido a finales del siglo XIX en los Estados Unidos, el jazz se hizo un hueco en el cine desde los comienzos del sonoro. Con el tiempo, llegó a identificarse con determinados géneros cinematográficos, como el «film noir». Y con la obra de algunos directores. Un ejemplo notorio es Woody Allen, naturalmente. Por eso, y porque hoy es 30 de abril, nuestro disco del mes es un recopilatorio con algunas piezas que suenan en las películas del director neoyorquino.

A Allen, la pasión jazzística le viene de la infancia, cuando oía por la radio a Billie Holiday, Benny Goodman, Coleman Hawkins y otros nombres míticos. Desde finales de la década de los sesenta ha actuado en público con su clarinete, acompañado de bandas ajenas o de la suya propia. Sin embargo, él mismo reconoce ser un músico estrictamente aficionado. De modo que, su mayor homenaje a la música que ama reside en su filmografía.

Fotograma de Acordes y desacuerdos, con Sean Penn dando vida a un talentoso guitarrista de jazz obsesionado con el legendario Django Reinhardt. (Imagen: FilmAffinity).

Aunque no exclusivamente, se trata del jazz predominante en los años 30 y 40 del siglo XX. Es decir, de la era del swing. De ahí, el acierto de titular a este disco recopilatorio Swing in the Films of Woody Allen (CD 2705). Recoge 21 temas grabados entre 1931 y 1959, que forman parte de la banda sonora de las siguientes cintas, todas ellas escritas, producidas y dirigidas por Allen (y, casi todas, disponibles en DVD en la Biblioteca Universitaria): Recuerdos (1980), La rosa púrpura de El Cairo (1985), Hannah y sus hermanas (1986), Días de radio y Septiembre (1987), Alice (1990), Poderosa Afrodita (1995), Desmontando a Harry (1997), Celebrity (1998), Acordes y desacuerdos (1999), La maldición del escorpión de jade (2001), Todo lo demás (2003), Melinda & Melinda (2004), Si la cosa funciona (2009), Conocerás al hombre de tus sueños (2010) y Midnight in Paris (2011). Son exactamente las mismas grabaciones que puedes escuchar en las películas.

El disco arranca, precisamente, con el tema central del último de los títulos citados. Si Manhattan es una declaración de amor a Nueva York, Medianoche en París lo es a la capital francesa; o, para ser exactos, al jazz que se desarrolló allí en la primera mitad del siglo XX. Es el caso de Sidney Bechet, saxofonista y clarinetista de New Orleans que giró con éxito por Europa ya antes de instalarse definitivamente en Francia en 1950. Y si Manhattan se abría con un montaje de imágenes respaldadas por Rhapsody in Blue de Gershwin, Si tu vois ma mère (grabada en París el 18 de enero de 1958) hace lo propio en Midnight in Paris, pero sin voz en off:

El mismo año en que nacía Allen (1935), Fred Aster grababa con la Leo Reisman Orchestra un tema de Irving Berlin para el largometraje musical Sombrero de copa (Top Hat). Cheek to Cheek (más conocida por los versos «Heaven, I'm in Heaven»), se convertiría en un estándar del cancionero estadounidense. Es famosa la escena en que la interpreta y baila Astaire acompañado de Ginger Rogers. Y un refugio para la desdichada Cecilia (Mia Farrow) en La rosa púrpura de El Cairo:

El swing se caracterizaba por ser un estilo agradable y sencillo. Por eso (y por el factor nostalgia) encaja bien en las bandas sonoras del director. Con el tiempo, dio paso a formas más complejas y exigentes para el oyente. «[El jazz] Se volvió menos placentero», declaraba en una entrevista en 2004. «No es que fuera menos bueno, es que era igual de bueno y, en muchos casos, estupendamente bueno y mejor. Pero requería más concentración y más esfuerzo por parte del público». Una prueba es el tema más moderno de la recopilación. Take Five, de Dave Brubeck, es una joya del West Coast jazz, la evolución del Cool en la Costa Oeste de USA en los años 50. Grabado el 1 de julio de 1959, fue un éxito de ventas y sigue siendo una de las piezas de jazz más identificable de todos los tiempos. Se escucha en Poderosa Afrodita (e, igualmente, en Misterioso asesinato en Manhattan). Pero se aprecia mejor aquí:

En la misma entrevista, Allen era preguntado por un proyecto que ha acariciado desde siempre: una película de jazz ambientada en el Nueva Orleans de 1900. Entonces, su coste se cifraba en unos prohibitivos 100 millones de dólares. Pero no es solo cuestión de dinero, porque —añadía— «no hay mucha gente interesada en el tema. A mí, por supuesto, me interesa —¡me fascina!— pero no hay mucha gente que comparta mi entusiasmo. Dudo que se haga alguna vez.» Nos quedaremos con las ganas.

Etiquetas

Añadir nuevo comentario

HTML Restringido

  • Etiquetas HTML permitidas: <a href hreflang> <em> <strong> <cite> <blockquote cite> <code> <ul type> <ol start type> <li> <dl> <dt> <dd> <h2 id> <h3 id> <h4 id> <h5 id> <h6 id>
  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.
  • Las direcciones de correos electrónicos y páginas web se convierten en enlaces automáticamente.
CAPTCHA Te pedimos que marques esta casilla para prevenir envíos automatizados.

Volver al blog


Comentarios