And the Oscar goes to... Really? (2)

12 Abril 2021

Vamos con la segunda entrega de la lista comentada de los Óscar a la mejor película y al mejor director. Esta vez, los títulos y nombres correspondientes a las galas de 1950-1970. O sea, el final del Hollywood Dorado.

  • 1950: Joseph L. Mankiewicz triunfó como director y guionista, a la par, en dos ocasiones consecutivas; la primera, por Carta a tres esposas. El Óscar a la mejor película fue para El político, del también pluriempleado Robert Rossen; su drama sobre la corrupción política le convirtió en sospechoso durante la «caza de brujas» de Hollywood, y pasaría el resto de la década rodando fuera de Estados Unidos. Fue la última ocasión en que todas las nominadas habían sido rodadas en blanco y negro.
  • 1951: Repite Mankiewicz con Eva al desnudo. Ha sido la única película en tener nominada a cuatro actrices en las dos categorías interpretativas femeninas, aunque sin recompensa. Tampoco la hubo para Gloria Swanson, que se marcó un papelazo en aquel El crepúsculo de los dioses (Billy Wilder) merecedor de mayor reconocimiento.
  • 1952: Desde la perspectiva actual, la ceremonia de este año parece reñida, porque comprendía nominaciones a Quo Vadis, Un tranvía llamado deseo y Un americano en París. Ganó la peli de Vincente Minnelli, segunda en color en hacerlo después de Lo que el viento se llevó. George Stevens alzó el Óscar a la dirección por el drama romántico Un lugar en el sol.
  • 1953: En la primera gala retransmitida por TV, Solo ante el peligro era la gran favorita. Para sorpresa general, la desbancó El mayor espectáculo del mundo, luego considerada una de las peores ganadoras de la historia de los Óscar. ¡Y es que por allí andaban también El hombre tranquilo, Moulin Rouge e, incluso, Ivanhoe! Al menos, John Ford se pudo consolar con un cuarto Óscar a la dirección (y último de su carrera), estableciendo así un récord todavía imbatido.
  • 1954: Después del circo del año anterior, vence un drama dirigido por Fred Zinnerman: De aquí a la eternidad. Nada que decir en contra, si bien la competencia era sólida (Julio César/Mankiewicz, Vacaciones en Roma/William Wyler, Raíces profundas/George Stevens). ¡Ah! Un tal Alfred Hitchcok iba nominado por su labor en la Ventana indiscreta.

Su rol de Terry Malloy en La ley del silencio, dio a Marlon Brando el Óscar que se le resistía desde que fuera nominado en 1952 por Un tranvía llamado deseo

  • 1955: Un estupendo Marlon Brando contribuyó al inapelable éxito de La ley del silencio de Elia Kazan. También fue la primera edición en que una actriz afroamericana era nominada a mejor actriz.
  • 1956: La modesta Marty y Delbert Mann se alzan con sendas estatuillas. El largometraje no es muy recordado, pero tiene el mérito añadido de su bajo presupuesto. En cuanto a Mann, fue el primer debutante ganador, ya que, antes, había dirigido exclusivamente en la televisión; de hecho, Marty adaptaba una producción que él mismo había realizado para ese medio.
  • 1957: La Academia premia una peli para todos los públicos: La vuelta al mundo en 80 días. Vaaaaale... Si no fuera porque también estaban nominadas Gigante, La gran prueba, incluso El rey y yo, o la bíblica (por tema y metraje) Los diez mandamientos. Óscar a la mejor dirección a George Stevens, por la primera de esas otras cuatro opciones. Las cinco concursantes eran producciones a color, lo que significó una novedad con respecto a ediciones anteriores. También fue el año del estreno de la categoría «Óscar a la mejor película de habla no inglesa».
  • 1958: Un título mítico, El puente sobre el río Kwai (David Lean), se impone a Doce hombres sin piedad y Testigo de cargo. Y hubo otra primera vez: los directores de las cinco películas seleccionadas, también fueron nominados a su categoría.
  • 1959: Gigi permite hacer el doblete a Vincente Minnelli. Obviamente, se optó por la comedia musical frente al drama teatral (La gata sobre el tejado de zinc, Mesas separadas) y antirracista (Fugitivos).

Una pausa y  una reflexión. ¿Cómo es posible que, en 1953, se seleccionase a Cantando bajo la lluvia únicamente para las categorías de actriz secundaria y banda sonora original? Peor todavía, cuatro años después, Centauros del desierto, del gran Ford, uno de los mejores wéstern —y película— de la historia del cine, no alcanzó una mísera nominación. Otra ilustre ignorada fue Senderos de gloria, en el 58. Dicho esto, la ganadora de la 32ª edición de los Academy Award iba a batir registros, porque en

  • 1960: Ben-Hur echa por tierra el récord de Lo que el viento se llevó: 11 premios de 12 nominaciones, frente a las 10 de 13 de la producción de David O. Selznick. Entre ellos, mejor película y mejor dirección (tercero de William Wyler), por supuesto; pero también mejor actor principal (Charlton Heston), mejor banda sonora (inmenso Miklós Rózsa) y mejores efectos especiales (imposible olvidar la espectacular carrera de cuadrigas). Sencillamente, sus cuatro competidoras eligieron un mal momento.

La multigalardonada Ben-Hur cuenta con una de las escenas más difíciles de rodar de la historia del cine: la famosa carrera de cuadrigas en el circo

  • 1961: De la Roma imperial a los rascacielos de Nueva York. El apartamento otorga a Billy Wilder una segunda estatuilla. Sería la última película en blanco y negro ganadora del Óscar hasta 1993.
  • 1962: West Side Story puede con El buscavidas y ¿Vencedores o vencidos? Y Robert Wise se embolsa su primer Óscar (compartido con el coreógrafo Jerome Robbins).
  • 1963: Ni la superproducción bélica El día más largo, ni la marinera Rebelión a bordo (remake de la ganadora de 1936), ni siquiera el drama sureño Matar a un ruiseñor, pudieron con la epopeya del desierto Lawrence de Arabia (segundo Óscar a la dirección para David Lean).
  • 1964: La cosa sigue de aventuras, pero sin dramatismos. El británico Tony Richardson acierta con la adaptación de la novela Tom Jones. Y eso que por allí andaban América, América, de Elia Kazan, y las megaproducciones Cleopatra (Mankiewicz) y La conquista del Oeste.
  • 1965: Competían cinco títulos de renombre: Becket, ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, Mary Poppins, Zorba el griego y My Fair Lady. Ganó esta segunda versión cinematográfica, a cargo de George Cukor, del Pigmalión de Bernard Shaw. Nosotros igual hubiéramos elegido la cinta de Kubrick, que, además, es la nominada de título (original) más largo.
  • 1966: Primera gala retransmitida a color en directo. Prolongando el festejo musical, Sonrisas y lágrimas da a Robert Wise su segundo Óscar doble. Nos gusta; pero, ¿en serio que la simpática novicia María y la familia Trapp valían más que la favorita Doctor Zhivago?
  • 1967: Los personajes históricos siempre han dado juego en la meca del cine. Más aun, cuando el resultado es el Tomás Moro de Fred Zinnemann en Un hombre para la eternidad. Solo ¿Quién teme a Virginia Wolf? pintaba con posibilidades de disputar los laureles de la victoria (a Liz Taylor le supuso el segundo Óscar a la mejor actriz).
  • 1968: En una década marcada por el movimiento en pro de los derechos civiles en USA, Sidney Poitier había sido el primer afroamericano en ganar un Óscar al mejor actor principal (1964). En la 40ª edición participaba en dos películas que abordan la segregación racial; una de ellas era la ganadora En el calor de la noche. Recibió el premio a la dirección Mike Nichols, responsable de El graduado. También competía Bonnie y Clyde, de Arthur Penn.
  • 1969: Al año siguiente (primera ceremonia retransmitida mundialmente), la tensión se relaja gracias a un musical de Carol Reed, el dickensiano Oliver. Se quedaron con las ganas El león en invierno (tercer Óscar como mejor actriz para Katharine Hepburn) y Romeo y Julieta de Franco Zeffirelli.
  • 1970: La década termina con un largometraje clasificado X que desmitifica el sueño americano y anticipa el éxito de una nueva generación de cineastas: Cowboy de medianoche, de John Schlesinger. Z, de Costa-Gavras, que también estaba nominada (como su director), ganó el Óscar a la mejor película internacional.

Midnight Cowboy, descarnado relato sobre dos perdedores (interpretados por Dustin Hoffman y Jon Voight) en la Nueva York de finales de los 60

En los años 60 también hubo ausencias y derrotas que hoy cuesta entender. Ejemplos. Psicosis no estuvo entre las nominadas de 1961; sí Hitchcock, por quinta y última vez, y con el mismo resultado negativo. Espartaco ni eso, aunque Peter Ustinov salió ganador en la categoría de mejor actor secundario y la película rascó tres Óscar menores. Al año siguiente, Desayuno con diamantes partía con cinco nominaciones, pero solo una de relumbrón (mejor actriz), que no ganó Audrey Hepburn. En la entrega de premios del 63, otro enorme wéstern de Ford, El hombre que mató a Liberty Valance, quedaba reducido a una nominación al mejor diseño de vestuario (blanco y negro), seguramente porque no fue bien valorado en el momento de su estreno. Y, el año de Oliver, un mito de la ciencia-ficción, 2001: Una odisea del espacio, de Stanley Kubrick, se conformaba con —¡sooorpresa!— el Óscar a los mejores efectos especiales, más cuatro nominaciones que incluían la mejor dirección, pero no el premio gordo.

(Continuará...)

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