Cine y Ajedrez, como la vida misma…
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Óscar Wilde, con la fina ironía que le caracterizaba y, por demás, buen jugador de ajedrez, comentó en una ocasión: “Si quieres destruir a un hombre, enséñale a jugar al ajedrez”. Sin cambiar el tercio, también Marcel Duchamp afirmó que “no todos los artistas son ajedrecistas, pero todos los ajedrecistas son artistas”.
Y es que algo especial tiene el ajedrez—juego de reyes, como dice el proverbio—que a muchas personas atrapa para siempre.
La casi infinita posibilidad de partidas diferentes, el alto grado de estrategia y planificación que requiere, su elevado nivel de abstracción y, por qué no, la deslumbrante belleza de algunas partidas tiene mucho de lo sublime que enseñaba Kant. El ajedrez es capaz de sobrecoger, asombrar y, en cierto modo, inspirar temor, como la propia Vida.
Tal vez el ajedrez no sea la vida misma (expresión atribuida al genial Bobby Fischer) pero desde luego es mucho más que un juego. Así también lo han creído muchos cineastas que lo han tomado como punto de partida para desarrollar sus historias. Valgan como recomendaciones las siguientes propuestas.
En La defensa Luzhin (DVD 2461), Alexander Luzhin (John Turturro) viaja a Italia para jugar la partida de ajedrez más importante de su vida, pero no contaba con enamorarse de Natalia (Emily Watson). Las complicaciones de su relación poco tienen que envidiar a sus más difíciles partidas.
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Con el telón de fondo de la figura del gran ajedrecista norteamericano, En busca de Bobby Fisher (DVD 4615) explora la relación de un padre y un hijo unidos por la pasión común por el ajedrez.
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Probablemente nada se pueda decir de El séptimo sello (DVD 5600) que no se haya dicho ya. La imagen del caballero cruzado (Max von Sydow) y la Muerte (Bengt Ekerot), frente a frente, con un tablero de ajedrez entre medias, constituye un icono de nuestra contemporaneidad cinematográfica. Ingmar Bergman convierte la inolvidable partida en el trasunto del Árbol del Conocimiento bíblico. Movimiento tras movimiento, las visiones de la crueldad y el sufrimiento humano recuerdan al caballero que la muerte es la única certeza.
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En La tabla de Flandes (DVD 5875), basada en la novela homónima de Pérez-Reverte, la pintura en la que figura una partida de ajedrez en curso es la clave para desvelar una serie de asesinatos que se suceden tras cada movimiento.
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En Hijo de Caín (DVD 9538), que ya recomendamos en otra ocasión, el ajedrez puede ser la clave para que la relación entre unos padres y su hijo problemático no acabe en un desastre irremediable.
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