Virginia Woolf, en busca de un cuarto propio
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Hoy celebramos el tercer aniversario de nuestro queridísimo Espacio Violeta. Fue un 25 de enero cuando nos reunimos para abrir, oficialmente, el rincón de lecturas feministas y estudios de género de la Biblioteca de la ULPGC a todo el público.
Y nos encanta que la fecha de nacimiento del Espacio Violeta coincida con la de una de las feministas más admiradas, una pionera que nos sigue inspirando y de la que te recomendamos cada uno de sus trabajos: Virginia Woolf.
Virginia Woolf nació en Londres en 1882. Hija de un historiador y ensayista, la casa familiar siempre estuvo frecuentada por artistas y políticos, además de contar con una maravillosa biblioteca.
Considerada una de las grandes renovadoras de la novela del XX, tanto en su obra ensayística como en sus novelas, reflexionó sobre la identidad femenina y las relaciones de la mujer con el mundo artístico.
Cuando tenía 13 años, la joven Virginia perdió a su madre. Desde entonces comenzó a sufrir estados anímicos depresivos y cambios de ánimo, lo que hoy está diagnosticado como trastorno bipolar de la personalidad. Esta enfermedad se agravó con la muerte de su hermanastra dos años después y por el fallecimiento de su padre en 1905. Falleció en 1941, metiéndose en le río con los bolsillos llenos de piedras.
De su producción literaria destacamos tres títulos: Orlando, inquietante novela publicada en 1928, que cuenta la historia de un aristócrata con la facultad de transformarse en mujer. Una habitación propia, 1932, una de las obras más conocidas de la autora británica y que se ha convertido en un título fundamental del feminismo. Y, por último, Tres guineas, publicado un año después. El texto, presentado como cartas, continúa la línea de Una habitación propia, además de tratar el tema de la guerra y el fascismo, se centra en la importancia del derecho a la educación para las mujeres.
Como mujer no tengo patria, como mujer no quiero patria. Como mujer, mi patria es el mundo.