Las brujas, pioneras feministas

30 Octubre 2020

Tal vez ya tengas tu disfraz preparado para este fin de semana o, quizá seas más de castañas o de pelis de terror con roscas y manta. El final del otoño trae estos días de calaveras de plástico, brujas de papel, calabazas y huesos de santo.

Desde el Blog de Lecturas Feministas queremos fijarnos en esta fiesta del calendario con mirada violeta, como no iba a ser menos, y por eso hemos elegido a las brujas como las protagonistas.

En el imaginario colectivo, los ángeles son seres etéreos, teóricamente sin sexo, pero con la apariencia de un niño rubio, dulce y regordete. Sin embargo, cuando hablamos de brujas, la figura que nos viene a la mente es la de una mujer vinculada al mal y con oscuras intenciones, como demuestra el Diccionario de la RAE en cuatro de sus ocho acepciones generales, actualización del 2019:

  • f. En los cuentos infantiles o relatos folclóricos, mujer fea y malvada, que tiene poderes mágicos y que, generalmente, puede volar montada en una escoba.
  • f. Mujer que parece presentir lo que va a suceder.
  • f.coloq. Mujer de aspecto repulsivo.
  • f.coloq. Mujer malvada.

Por otro lado, la definición que hace el DRAE de brujo es "hechicero supuestamente dotado de poderes mágicos en determinadas culturas".

... aquellas mujeres,/nuestras antepasadas,/ millones,/ cuyos nombres no conocemos,/ fueron torturadas y quemadas como brujas.

Adrienne Rich

¿Quiénes eran las brujas?

Sabbat de Brujas, grabado de 1909.

La representación de la bruja como un personaje malvado en la mitología, el folclore, incluso en los cuentos infantiles, está íntimamente relacionada con el miedo a lo diferente, a lo desconocido, a lo que se sale de la norma: el objeto de todos los males es la mujer y su cuerpo, como corresponde a una cultura heteropatriarcal.

Una bruja no deja de ser una figura femenina que no se adapta a las normas sociales convencionales y que, en esencia, implica un riesgo para el orden establecido. Sus conocimientos y saberes eran atribuidos a la magia, a diferencia de los conocimientos masculinos que se consideraban científicos y, por tanto, válidos y universales. Alguien que no utiliza la escoba para mantener su hogar limpio sino para alejarse y reunirse con otras mujeres, lejos de la mirada y el control de su esposo, no podía ser buena para la sociedad.

En palabras de la periodista y ensayista Mona Chollet:

La realidad es que eran mujeres con conocimientos de botánica, medicina o control de natalidad, entre otras muchas capacidades intelectuales, esas mujeres antiguas estaban empoderadas, vivían solas, asiladas de la sociedad y ayudaban, sobre todo, a otras mujeres a tener el control de su cuerpo y su vida.

Esas mujeres, diosas y brujas, fueron de las primeras feministas y científicas de nuestra civilización.

Visita a la bruja (1882) de Edward Frederick Brewtnall

Invisibilizar al 51 % de la población

La visibilización pasa por revisitar la Historia con una mirada feminista e inclusiva y contar lo que no se ha contado. Recomponer genealogías, revisar mitos, cuentos y leyendas y explicar la simbología y los  motivos por los que ciertos arquetipos han pasado a formar parte del conocimiento colectivo son fundamentos del feminismo.

Según el historiador Felipe Vidales, hay un exceso de romanticismo en la visión que se tiene sobre este tema. Las historias de mujeres acusadas de brujería "son dramáticas y en ellas no hay misterio ni susto, lo que hay son listas negras". Según este investigador, el aumento de casos de brujería en España, se produce en un momento en el que las mujeres no tienen acceso al trabajo ni a la universidad -los centros de saber de la época-. Su única salida "era la prostitución, la mendicidad o aprender conjuros para ayudar a otras mujeres".

Representación del juicio de Rebecca Nurse de "Las Brujas de Salem" (1893 John R. Musick. Ilustración de Freeland A. Carter.

Los procesos judiciales de Salem, de Zugarramundi y de Yorkshire, entre otros, fueron auténticos asesinatos en masa. La etapa más cruenta tuvo lugar a mediados del siglo XVI, una época que históricamente identificamos con el humanismo, el progreso, la ciencia y el arte.

Aún hoy en día se sigue utilizando el término bruja como un insulto dirigido exclusivamente a una mujer -recuerden a Trump contra Hillary en la carrera electoral del 2016-. Y aunque el feminismo haya revisitado esta parte de la historia para reivindicar a estas mujeres como pioneras, independientes y transgresoras, aún hay países donde una acusación de brujería te puede llevar a la muerte, como es el caso de Tanzania, donde solo en el 2018, fueron asesinadas 479 mujeres. En China, las brujas son familias enteras que no se avienen a las normas establecidas. Y aunque no son asesinadas, sí son discriminadas y excluidas de la comunidad durante generaciones.

Una fecha como esta, puede ser una ocasión perfecta para acercarnos a la apasionante historia de un montón de mujeres que fueron ajusticiadas y perseguidas por no seguir las normas. Una ocasión perfecta para completar el discurso de esa época con el 51 % que siempre suele faltar en todo discurso histórico: el de las mujeres.

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